Una Respuesta Cristiana ante el Coronavirus

Resumen

El coronavirus se ha esparcido rápidamente en todo el mundo. ¿Cómo deberían responder los cristianos ante esta pandemia?

Últimamente es casi imposible pasar un día completo sin escuchar algo concerniente al coronavirus (COVID-19)—una enfermedad respiratoria infecciosa que fue identificada primero en China y que ahora se ha esparcido mundialmente.[1]

Después de ver algunos reportes noticieros, leer algunos artículos en línea y ver algunos comentarios en sitios sociales, llega a ser aparente que una gran parte de la población simplemente no sabe cómo responder ante esta epidemia. Ya que los cristianos vivimos en el mundo y somos afectados por las mismas enfermedades, epidemias y plagas que afectan a todos, entonces no somos inmunes a este problema actual. ¿Cuál debería ser nuestra respuesta ante el coronavirus?

No escuche a los predicadores charlatanes.

Los predicadores charlatanes aprovechan este tipo de eventos para rápidamente señalar que sus “Biblias” predicen plagas modernas y que estas son señales del fin del tiempo y de la Segunda Venida de Cristo.[2] (Algunos incluso van tan lejos como para vender su “aceite de serpiente” y hacer mercadería de los crédulos).[3] A estos predicadores les gusta saltar de un pasaje a otro para “probar” sus declaraciones extravagantes. La primera parte de Mateo 24—que lidia con las señales de la destrucción del templo judío en 70 d.C. (cf. vss. 2-3),[4] y el apocalipsis—que lidia principalmente con los sufrimientos de la iglesia en el primer siglo, son pasajes favoritos que estos profetas fraudulentos usan para aplicarlos a los eventos modernos. Tales oportunistas religiosos son hombres impíos, libertinos, blasfemos y murmuradores; son como manchas en la comunión, nubes inconstantes sin agua, árboles otoñales sin fruto, muertos y desarraigados, olas del mar que espuman su propia vergüenza y estrellas errantes; andan según sus propios deseos, hablan cosas infladas y adulan a las personas para sacar provecho (Judas 4-16). Para tales hombres “está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas” (vs. 13); por ende, los cristianos no debemos escucharlos.

No hay duda de que Jesús vendrá; Él lo prometió (Juan 14:1-3; cf. Hechos 1:10-11). Tampoco hay duda de que habrá un fin del mundo; la Palabra de Dios lo garantiza (2 Pedro 3:9-10). Pero en cuanto a estos eventos finales, nadie conoce el día ni la hora (cf. Marcos 13:32). De hecho, “el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5:2). Los predicadores charlatanes hace mucho tiempo han estado poniendo fechas para la Segunda Venida y han estado sugiriendo que las “señales” lo prueban, pero todos han fracasado vergonzosamente.[5] Aunque es obvio que la Segunda Venida del Señor está más cerca hoy de lo que estuvo en el primer siglo, Dios no ha revelado el tiempo exacto del regreso de Su Hijo, ni ha revelado señales para nuestros tiempos. Los cristianos debemos estar preparados para la Segunda Venida en cualquier momento para que ese día no nos sorprenda “como ladrón” (1 Tesalonicenses 5:4).

No se sumerja en el pánico y la desesperación.

Prepararse para una emergencia, como también actuar de manera responsable y diligente ante una emergencia, no solamente es adecuado, sino también prudente (cf. Proverbios 6:6-11; Génesis 41:33-36). Pero los cristianos debemos evitar sumergirnos en un estado constante de desesperación y pánico ya que esto revela falta de fe en Dios (cf. Mateo 6:25-34).

El pánico y la desesperación también pueden crear nuestros propios problemas, o al menos empeorarlos. El Rey Saúl perdió la calma y ofreció a Dios un sacrificio apresurado y desautorizado, y por ende, su reino llegó a su fin (1 Samuel 13:8-14). De la misma manera, mucha gente está perdiendo la calma y vaciando las tiendas de productos que todos necesitamos.[6] Otros están adquiriendo una cantidad excesiva de artículos de protección médica que los doctores que atienden a pacientes enfermos necesitan.[7] Este patrón recurrente ciertamente está poniendo en riesgo a nuestro personal médico y está afectando a otros consumidores.

Evite la actitud indiferente y arrogante.

Generalmente los extremos son muy peligrosos. La desesperación es negativa, pero la actitud indiferente y arrogante también contribuye al problema. Aquí hay una lección que todos, desde el mayor hasta el menor, debemos aprender: solamente “el insensato se muestra insolente y confiado” ante el mal (Proverbios 14:16).

Es triste leer y escuchar los comentarios necios de muchos jóvenes que continúan con su vida disipada y despreocupada y que hacen burla de este virus y sus consecuencias.[8] Es cierto que, en esta epidemia, la gente mayor y aquellos con problemas de salud tienen un riesgo más alto,[9] pero esto no quiere decir que otros que somos más jóvenes y que no tenemos problemas médicos deberíamos ser indiferentes a tal riesgo. Si los jóvenes se exponen voluntariamente y se contagian, entonces requerirán atención médica valiosa que los más afectados necesitan, y en el proceso, pondrán en peligro de contagio a más personal médico. Los cristianos debemos tener compasión por los afectados y cuidar de la población más débil (cf. Mateo 25:31-46; Lucas 10:25-37).

Ore y confíe en Dios.

Una de las lecciones más valiosas que podemos cosechar de este tiempo de epidemia e incertidumbre es que, sin importar nuestra prosperidad y avance tecnológico sin precedente, ningún país, incluyendo los Estados Unidos, está preparado para una tragedia de esta magnitud. Este virus nos deja ver claramente nuestra impotencia para cuidar de nosotros mismos.

Desde luego, esto no quiere decir que no deberíamos hacer ningún esfuerzo físico para evitar o contrarrestar la situación (cf. Proverbios 22:3); en cambio, quiere decir que en este tiempo de tragedia (como en los tiempos buenos) nuestros esfuerzos deben estar acompañados de oración y confianza en Dios para encontrar guía y protección. En vista de la situación actual, el Presidente de los Estados Unidos proclamó el 15 de marzo de 2020 como Día Nacional de Oración,[10] pero los Estados Unidos (así como cualquier otra nación) necesita más que un día de oración; ¡necesitamos una vida completa de oración (1 Tesalonicenses 5:17)!

Nuestras oraciones deben ser humildes; no deben estar solamente llenas de plegarias de protección, sino también de agradecimiento por la prosperidad que hemos tenido y que todavía nos permite lidiar inicialmente con este problema. Específicamente, debemos orar por las personas afectadas directamente por este virus, como también por sus familiares; debemos orar por nuestros doctores y enfermeras que diariamente arriesgan su salud y vida para cuidar de los infectados; debemos orar por nuestros granjeros y agricultores que producen nuestros alimentos, incluso en tiempo de crisis; debemos orar por aquellos cuyos trabajos son tan esenciales que no pueden quedarse en casa durante esta pandemia (farmaceutas, empleados de servicios públicos, de entrega a domicilio, de suministro de alimentos, etc.); y debemos orar por nuestras autoridades para que tomen las mejores decisiones posibles. Generalmente, debemos orar por toda la gente (1 Timoteo 2:1). En este momento de sufrimiento, los cristianos debemos recordar que “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmos 46:1).

Aproveche este tiempo sabiamente.

Efesios 5:15-16 tiene una aplicación especial en este tiempo: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. Los días son malos, especialmente ahora. Muchos países en el mundo están imponiendo un tiempo de mitigación. En los Estados Unidos, estamos en una fase inicial de dos semanas de mitigación. Pero, muy probablemente, se tendrá que imponer medidas más drásticas en las semanas siguientes. ¿Cómo podemos aprovechar mejor este tiempo?

Algunos de nosotros todavía tenemos la bendición de seguir trabajando. Otros, como los maestros, tienen la bendición de recibir salario mientras se quedan en casa o ayudan parcialmente a sus estudiantes en línea. Otros están desempleados y sin pago por estas semanas. Independientemente de su situación, use este tiempo para crecer espiritualmente. Lea y estudie su Biblia, y ore. Últimamente ha habido una explosión de materiales religiosos en línea que la hermandad está proveyendo para edificar a los cristianos en este tiempo de restricción. Nuestros sitios en la web (www.ebglobal.org y www.ebherencia.org) son herramientas grandiosas para la edificación de adultos y niños; tome el tiempo para explorar nuestra variedad de materiales. La compañía World Video Bible School acaba de producir algunos videos en español en la siguiente dirección: https://video.wvbs.org/languages/spanish/. Algunas congregaciones hispanas han comenzado a transmitir sus servicios en línea. [Visite el sitio de la iglesia de Cristo en Galena Park en YouTube este miércoles a las 7:00 p.m. y domingo a las 10:00 a.m. (hora central) para el estudio bíblico y el servicio de adoración].

Aproveche el tiempo para desarrollar su relación familiar. Una de las desventajas de la vida moderna es la ocupación extendida que ha contribuido a la desconexión familiar, pero esta situación, aunque negativa, está proveyendo una oportunidad nueva para unir a la familia. Hagan devocionales familiares. Hable con su cónyuge y sus hijos. Jueguen juegos de mesa. Compartan los alimentos juntos. Mediten en las lecciones de la vida. ¡Disfrute a su familia!

Mientras desarrolla su relación familiar, no olvide a su familia cristiana. Llame a sus hermanos, especialmente a los ancianos y enfermos. Use los sitios o herramientas sociales para conectarse con ellos. Escriba notas de ánimo. Pregunte qué necesidades hay entre los miembros, y busque una manera de organizarse y satisfacer tales necesidades. Anime a sus líderes, ancianos, diáconos y maestros. Grave lecciones en video y audio y compártalas con otros. Continúe su trabajo de edificación y evangelización por medios sociales y otros.

Comience un proyecto. Limpie su casa, haga reparaciones y organice sus cosas, para que cuando retome su vida “regular”, tenga más tiempo para la iglesia y su familia. Este es un buen tiempo para comenzar a sembrar vegetales o criar pollos; usted no necesita una huerta muy grande. Si la comida escasea, usted puede tener estos productos para alimentar a su familia y compartir con otros. ¡Sea productivo y creativo!

Analice la situación y su vida en vista de la eternidad.

Hay una pregunta que escucho frecuentemente cuando algo trágico sucede: “¿Es este un castigo de Dios?”. Mi respuesta es: “Nadie lo sabe”. La humanidad pecadora realmente merece ser castigada—en cualquier tiempo y cualquier generación (cf. Romanos 1:18-32), pero nadie puede decir si un caso particular es la obra activa de Dios contra el mundo. Lo cierto es que Dios no está revelado a nadie lo que está haciendo hoy o no. Sin embargo, hay dos cosas que podemos saber con seguridad: (1) Dios tiene el poder de salvarnos—espiritual y físicamente (Isaías 59:1), (2) pero Él no oye a los pecadores (Isaías 59:2-15; cf. Juan 9:31). Por ende, nuestra penitencia y compromiso a la santidad, general e individual, es vital cuando rogamos a Él por ayuda.

La pregunta más importante en este tiempo no es, “¿Sobreviremos a esta pandemia?”, sino: “¿Sobreviremos al juicio eterno de Dios a la Segunda Venida de Cristo?”. Algunos tal vez nunca sean infectados, otros lo serán y apenas tendrán síntomas, otros enfermarán y se recuperarán, y otros perderán sus vidas. Pero todos, sin excepción, compareceremos “ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10). ¿Está su alma lista para el encuentro con Dios? ¿Es un cristiano, pero ha permitido que su vida refleje al mundo en vez de a Cristo (Santiago 4:4)? La Escritura exhorta:

Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará (Santiago 4:8-10).

¿Todavía no es un cristiano? Hoy la salvación está disponible para toda persona (Tito 2:11). Si desea aprender en cuanto a los requisitos de la salvación, lea nuestra serie de artículos sobre el tema, comenzando con: “Los 5 Pasos de la Salvación: Oír”. Para aprender en cuanto a la iglesia de Cristo, lea nuestro artículo: “¿Ha Oído acerca de la Iglesia de Cristo?”.

Referencias

[1] “Casos Globales de Coronavirus COVID-19”, Universidad Johns Hopkins, https://www.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6.

[2] E.g., Begley, Paul (2020), “Plagas Apocalípticas Proféticas del Fin del Tiempo” [“Prophetic Apocalyptic Plagues of the End Times”], YouTube, https://www.youtube.com/watch?time_continue=671&v=09gSO1QItpY.

[3] Schwartz, Matthew (2020), “Missouri Demanda a Televangelista Jim Bakker por Vender Remedio Falso para el Coronavirus” [“Missouri Sues Televangelist Jim Bakker For Selling Fake Coronavirus Cure”], NPR, https://www.npr.org/2020/03/11/814550474/missouri-sues-televangelist-jim-bakker-for-selling-fake-coronavirus-cure.

[4] Vea Pinedo, Moisés (2011), “Un Análisis de Mateo 24”, EB Global, https://www.ebglobal.org/articulos-biblicos/un-analisis-de-mateo-24.

[5] Vea Pinedo, Moisés (2011), “¡Podemos Saber el Tiempo del Fin!...¿o No?”, EB Global, https://www.ebglobal.org/articulos-biblicos/podemos-saber-el-tiempo-del-fin-o-no.

[6] Gearty, Robert (2020), “Consumidores que Buscan Abastecimiento en Tiempo de Coronavirus Encuentran Repisas Vacías a Través de los EE.UU.” [“Shoppers Stocking Up for Coronavirus Find Empty Shelves Across U.S.”], Fox News, https://www.foxnews.com/us/shoppers-stocking-up-coronavirus-find-empty-shelves.

https://www.foxnews.com/us/shoppers-stocking-up-coronavirus-find-empty-shelves.

[7] Asmelash, Leah (2020), El Director General de Salud Pública Quiere que los Norteamericanos Dejen de Comprar Mascarillas” [“The Surgeon General Wants Americans to Stop Buying Face Masks”], CNN, https://www.cnn.com/2020/02/29/health/face-masks-coronavirus-surgeon-general-trnd/index.html.

[8] Una búsqueda en el internet rápidamente revela lo que la juventud en sus vacaciones de primavera en los Estados Unidos piensa en cuanto a este virus. Aquí no se provee enlaces debido al contenido inapropiado que varios medios noticieros incluyen en tales reportes.

[9] “Gente que Tiene un Riesgo Mayor de Enfermedad Severa” [“People Who Are at Higher Risk for Severe Illness”] (2020), CDC, https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/specific-groups/people-at-higher-risk.html.

[10] “Día Nacional de Oración por Todos los Norteamericanos Afectados por la Pandemia del Coronavirus y por Nuestros Esfuerzos Nacionales de Respuesta” [“Proclamation on the National Day of Prayer for all Americans Affected by the Coronavirus Pandemic and for our National Response Efforts”] (2020), White House, https://www.whitehouse.gov/presidential-actions/proclamation-national-day-prayer-americans-affected-coronavirus-pandemic-national-response-efforts/.