Analizando Nuestra Motivación

Resumen

¿Por qué cosas se está esforzando? ¿Cuál es su motivación? Si es Dios, entonces usted está en el camino verdadero al éxito.

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mateo 6:31-33).

Todos entendemos la importancia de tener nuestras prioridades en orden, pero con la ocupación de la vida diaria, es fácil enredarse en actividades que toman nuestro tiempo y nos estresan al punto de entorpecer la productividad verdadera. El autor Stephen Covey escribió:

Es increíblemente fácil ser atrapado en las trampas de las actividades y la ocupación de la vida, y esforzarse cada vez más por subir la escalera del éxito solamente para descubrir que tal escalera está apoyada en la pared equivocada. Es posible estar ocupado—muy ocupado—y todavía no ser exitoso”.[1]

¿Pudiera ser que estamos esforzándonos en tener éxito en cosas que no tienen valor real? Si alguien llegara a fijar una nueva marca mundial en un juego de video popular, ¿realmente sería esto un logro importante? ¿Qué tal si ganara una medalla de oro en los juegos olímpicos?

Pablo escribió señalando que debe llegar el tiempo de crecimiento, cuando “ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14). Los niños pueden ser llevados y engañados fácilmente ya que carecen de la fuerza para resistir y la experiencia para discernir los motivos. Sin embargo, hay mucha gente adulta que permite que la presión social fluctuante alrededor de ellos los dirija, como el viento lo hace con las nubes.

Es muy importante asegurarnos de que estemos esforzándonos y tomando el tiempo para hacer las cosas de la manera correcta, pero también debemos aseguramos de que estemos haciendo las cosas que son correctas. Saulo de Tarso se esforzó por destruir el cristianismo. Después dijo a Agripa: “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret” (Hechos 26:9). Sin embargo, en todo ese tiempo él estuvo peleando contra la Palabra y los mensajeros de Dios (vs. 14). En vez de servir a Dios, estaba sirviendo al hombre sin darse cuenta (Gálatas 1:10). Después de su conversión, escribió: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14). Pablo no iba a perder su enfoque como lo había hecho en sus años anteriores. Él quería asegurarse de que sus esfuerzos y sacrificios guiaran a la meta que valía la pena alcanzar.

¿Por qué cosas está esforzándose? Si tiene sus ojos fijos en un grado universitario, ¿por qué quiere alcanzarlo? Si está esforzándose por ser promovido o recibir un aumento de sueldo, ¿por qué es esto tan importante para usted? Si lograr estas cosas le ayudarán a servir a Dios de manera más eficaz, entonces tratar de alcanzarlas vale la pena; pero si no es así, tal vez es tiempo de que reconsidere lo que realmente importa. Hoy mismo hay personas en el tormento eterno que tuvieron buena salud, estuvieron casados, fueron ricos y tuvieron éxito en sus trabajos, y hay personas en el paraíso que carecieron de todas estas cosas que la sociedad codicia. Considere las cosas que le mantienen ocupado y pregúntese: “¿Por qué estoy trabajando tan duro para lograr estas cosas?”. Si Dios es su motivación, entonces usted está en el camino verdadero al éxito.

Referencia

[1] Covey, Stephen (2004), Los 7 Hábitos de la Gente Muy Exitosa [The 7 Habits of Highly Effective People] (Nueva York: Free Press), p. 98.