El arte de amar: Cantares 7 y 8

Resumen

El amor en el matrimonio es un arte. Aprendamos del libro de Cantares a amar a nuestro cónyuge como Dios desea que lo hagamos.

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En su comentario sobre Cantares, Duane Garrett escribió que esta es una «celebración del gozo y la pasión del amor»[1] matrimonial. Con esta lección, llevamos nuestra meditación sobre Cantares a su conclusión. En este poema hermoso, Salomón ha caminado entre «el escepticismo y la pasión».[2] Consideremos los capítulos 7-8 y apliquemos al matrimonio lo que Salomón desea enseñar.

El esposo habla en el capítulo 7:1-9, otra vez elogiando la apariencia de su esposa. Se usa la palabra de comparación, «como», algo de treinta veces. Incluso cuando podemos no comprender la poesía del tiempo de Salomón, ¿qué podemos entender que él está tratando de expresar? ¿Por qué es importante meditar en las cualidades positivas de nuestro cónyuge?

La esposa habla nuevamente en el capítulo 7:9-8:3. ¿Cómo puede mostrar a su cónyuge que ella (o él) vale mucho para usted? Piense en maneras de descubrir pasiones nuevas con su cónyuge. Esto es algo que solamente ustedes dos pueden descubrir. Otra vez, en el capítulo 8:4, Salomón prohíbe que las «doncellas de Jerusalén» despierten el amor «hasta que quiera». ¿Cuál es la relación entre la lealtad en el matrimonio y el placer en esta relación?

La esposa pronuncia palabras poderosas en cuanto al amor en el capítulo 8:5-7. Medite en cada una de las metáforas que ella usa para el amor. ¿Qué expresa cada una? El versículo 6 puede ser la única referencia a Jehová en Cantares. La palabra «fuerte» al final del versículo es Yah en hebreo, la cual puede ser una referencia a Jehová. ¡Ciertamente el amor es poderoso! Solamente Dios es más poderoso que la muerte.

No es posible comprar amor. Alguien puede comprar sexo de una prostituta, pero no puede comprar amor (vea Proverbios 6:32). Recibimos amor cuando damos amor. Cuando nos aproximamos al final del texto, podemos ver que en los versículos 10-12 la esposa está lista para su esposo. Ella está lista para su abrazo, su afecto, su amor, su protección y su todo. El último versículo de la canción más hermosa que Salomón escribiera muestra que la vida matrimonial ha comenzado para esta pareja profundamente enamorada.

No se puede despertar el amor antes que esté listo (2:7; 3:5; 8:4). Recuerdo que cuando tenía doce años, oraba por una esposa cristiana. Las novias llegaron y se fueron; yo estoy agradecido de que todas esas relaciones hayan llegado a su fin. Cuando tuve 23 años, Dios finalmente me guio a la mujer que estuvo de acuerdo en ser mi esposa. Ella ha sido una bendición inmensa para mí por 26 años. Si es que un día llego al cielo (y confío que llegaré allá por la gracia de Dios), será debido a Jesucristo y la ayuda de mi esposa.

Al resumir los principios que desarrollan un matrimonio fuerte, notamos que debemos apreciar la relación con nuestro cónyuge. Debemos esperar lo mejor de nuestro cónyuge. Debemos dar lo mejor a nuestro cónyuge. Debemos aferrarnos por el resto de nuestra vida al amor que es la fundación del matrimonio. Finalmente, debemos examinar todas las enseñanzas de Dios sobre el matrimonio, el amor, el sexo y la intimidad, y debemos conformar nuestras vidas a Sus enseñanzas. De tal manera, podremos dar a nuestro cónyuge, y experimentar de nuestro cónyuge, el nivel más alto de pasión y romance.

El arte de amar no se trata de recibir, sino de dar.

[1] Duane A. Garrett, Proverbios, Eclesiastés, Cantares [Proverbs, Ecclesiastes, Song of Songs] (Nashville, TN: Broadman, 2002), 377.

[2] Garrett, 380, énfasis en original.