La parábola de las diez vírgenes: La tragedia de la vida no preparada

Resumen

El pecado de las cinco vírgenes insensatas no fue la vida inmoral empedernida, sino la falta de preparación para la boda.

— Lectura bíblica recomendada: Mateo 25:1-13

Introducción

I. Esta parábola se relaciona a la Segunda venida de Cristo y la necesidad de prepararse para tal ocasión.

II. Ya que no sabemos cuándo Jesús regresará, debemos vivir como si Su regreso fuera el día de hoy.

Exposición

I. Los eventos de la parábola.

A. En las bodas antiguas, las doncellas eran honradas con ser parte de la procesión que acompañaba al novio a llevar a la desposada a su hogar.

B. La mayoría de las bodas ocurría en la noche, y por ende se necesitaba lámparas.

C. Cada una de las doncellas era responsable de asegurarse de que su lámpara tuviera suficiente aceite, pero la mitad de las doncellas en la parábola no lo hizo.

D. Cuando llegó el novio, se les negó la entrada a las cinco doncellas imprevistas.

II. Las analogías de la parábola.

A. Las doncellas o vírgenes representan a los discípulos de Cristo.

B. El novio representa a Cristo, y la procesión es Su Segunda venida.

C. El aceite (o la falta de aceite) en las lámparas representa la fidelidad (o la falta de ella).

III. La aplicación de la parábola.

A. Nadie sabe cuándo Cristo regresará (vss. 5-6,13; Mateo 24:36,44).

B. Cuando Él regrese, ya no habrá tiempo para prepararse (vss. 6-12).

C. Las vírgenes insensatas son los discípulos que no entraron al cielo porque su fe no duró hasta el final (cf. Mateo 24:13; Apocalipsis 2:10).

D. Su pecado fue la falta de preparación, no la maldad impenitente.

E. Nadie puede entrar al cielo basándose en la preparación de otra persona.

F. El problema de estos discípulos no fue que no les interesó Cristo, sino que no tomaron los pasos necesarios para prepararse para Su regreso.

Conclusión

I. Dios ha suplido todo lo que necesitamos para ser fieles (2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:3).

II. Sin embargo, Él no fuerza a nadie a tomar los suministros que Él ha provisto.

III. Esta vida es todo lo que tenemos para prepararnos para Su regreso.

IV. Debemos vivir en vigilancia y santidad ya que Él regresará cuando menos Lo esperamos (cf. 1 Tesalonicenses 5:1-10).