Nuestro matrimonio perfecto

Resumen

Realmente no fue una mentira decir que tenemos un matrimonio perfecto. ¡Nuestro matrimonio es perfecto para Cristo!

Sí, el título es una propaganda, pero tiene algo de verdad. Nos llamamos Jacob y Jewell, y ¡hemos estado felizmente casados por algo de siete meses! Pero nuestro matrimonio no es completamente perfecto. Como prueba de esto, uno de nosotros reconoce ser «incapaz» de bajar el asiento del inodoro. Pero esto es de esperarse en un mundo imperfecto.

¿Mencionamos que estamos felizmente casados? Esto realmente no es felicidad de luna de miel (o tal vez un poco), pero hay otra razón. Somos felices porque ambos tuvimos expectativas bíblicas realísticas y similares en cuanto al matrimonio incluso antes de casarnos; y de esto se trata el resto de este artículo. ¿Parece este un tema muy emocionante? Ahora seguro que entiende por qué escogimos una propaganda como título.

Pero ¿de dónde obtuvimos la idea de que las expectativas bíblicas son aburridas? Cuando todos (hombres y mujeres, casados o no) nos presentemos ante el trono glorioso de Dios para ser juzgados por nuestra respuesta a lo que Génesis 1 a Apocalipsis 22 dice, es decir, el Evangelio de Jesucristo, la Biblia será el libro que se abrirá.

Continuando con el tema, aquí están algunos fragmentos de nuestros votos nupciales. No le dé mucha importancia a cuán «adorables» puedan sonar, pero considere que ambos escribimos votos casi idénticos incluso sin saber lo que el otro había escrito.

Jewell: «Así que es ante Dios y nuestros seres queridos presentes que prometo…».

Jacob: «Mientras me preparo para ofrecerte mi vida ante todos los presentes y Dios…».

Expectativa bíblica número uno: el matrimonio es ante Dios

¿Por qué? Porque, como Génesis 2 registra, Él creó el matrimonio. Después de crear el cielo y la tierra, Dios plantó un huerto en el cual Adán, un hombre, podía disfrutar Su gobierno y bendición. Dios también creó a Eva, una mujer, para ayudar a Adán. La Biblia dice: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne» (vs. 24). Este es el primer matrimonio según el cual todos los demás matrimonios deben ser moldeados. Es el matrimonio perfecto, en el cual el asiento del inodoro siempre está en su lugar (o mejor dicho, fue el matrimonio perfecto). Este es un resumen de la historia de lo que pasó luego de la creación de los dos primeros humanos: Debido a la tentación de Satanás, Adán y Eva decidieron hacer lo que quisieron en vez de escuchar a Dios. Como resultado, la creación perfecta de Dios llegó a ser imperfecta, incluyendo el matrimonio de Adán y Eva. La humanidad cayó en vergüenza y fue castigada por su pecado. Los cristianos consideramos esta historia como verdadera, y entendemos que esta historia tiene implicaciones en el matrimonio. Sobre todo, entendemos que Dios debe tener el control de nuestro matrimonio.

Jewell: «Hoy Dios nos une en una sola carne, una sola mente y un solo corazón. Así que prometo no separar lo que Dios ha unido».

Jacob: «Encomiendo en las manos de Dios…unirnos con un lazo que ningún hombre pueda romper».

Expectativa bíblica número dos: El hombre no debe separar lo que Dios ha unido

Nos hubiera gustado ser lo suficientemente inteligentes para haber creado este dicho, pero Jesús lo dijo primero a los fariseos en Mateo 19. Ellos preguntaron a Jesús si podían divorciarse de sus esposas por cualquier razón. Él respondió citando la historia anterior en Génesis, señalando que Dios hizo a Adán y Eva para que permanecieran juntos. Luego lidió con el problema real. Dijo que los fariseos tenían corazones duros y que por eso querían el divorcio. Así como Adán y Eva, ellos no quisieron escuchar lo que Dios mandó en el Edén; en cambio, querían hacer lo que deseaban. Debido a la Caída, tanto nosotros, así como los fariseos, tenemos matrimonios imperfectos. Pero esperamos que, a diferencia de ellos, nuestros corazones sean receptivos a la voluntad de Dios de la manera que Jesús la declaró.

Jewell: «Como la iglesia honra, sigue y ama a Jesús, prometo honrarte, seguirte y amarte».

Jacob: «Prometo entregarme por ti, así como Jesús Se entregó por nosotros».

Expectativa bíblica número tres: Cristo y la iglesia son el patrón del matrimonio perfecto

En estos votos, ambos parafraseamos Efesios 5:22-33 que indica (parafraseando nuevamente) que los esposos deben moldear su matrimonio según la relación que Jesús tiene con la iglesia. ¿Por qué? Porque este el matrimonio perfecto; y a diferencia del primer matrimonio en el huerto, este perdurará para siempre. A diferencia de Eva, la iglesia es una esposa que ama el rol de sumisión que Dios le ha dado; y a diferencia de Adán, Cristo ama a Su esposa lo suficiente para negarse a Sí mismo y ayudarla a cumplir la voluntad de Dios. A propósito, nos tomó mucho tiempo escribir estas dos oraciones, así que puede volver a leerlas.

Realmente no fue una mentira decir que tenemos un matrimonio perfecto; nuestro matrimonio es perfecto para Cristo. Pero este artículo no se trata de nosotros, sino de usted. ¿Es parte de la esposa de Cristo? Si no, necesita considerar que está perdiendo la oportunidad de tener una relación que produce gozo indescriptible. Si es parte de la esposa de Cristo, debe recordar el amor que tiene en su Esposo, ya que a veces podemos olvidar Su amor. Él está en el cielo; nosotros estamos en la tierra. Así que, por algún tiempo, este matrimonio es a «larga distancia». Pero mientras esperamos la consumación de nuestro matrimonio con el Rey Jesús, no olvidemos que Él no separará lo que Dios ha unido. Tampoco olvidemos que nuestro Esposo ha garantizado esto con un certificado de matrimonio, el cual es el Espíritu que mora en nosotros. Recuerde las palabras de ánimo en Apocalipsis 21:1-3:

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más… [V]i la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Pronto el matrimonio perfecto que Adán y Eva perdieron será el matrimonio perfecto que, a través de Cristo, nosotros tendremos eternamente. Habrá una creación nueva en la cual el reino y bendición de Dios será restaurado, y Él morará perfectamente con nosotros. Así como Dios caminaba al aire del día con la primera pareja, nosotros caminaremos tomados de Su mano en la eternidad.