¿Enfoque en el problema o en la solución?

Resumen

¿Qué clase de persona es—enfocada en el problema o en la solución? ¡Esto puede marcar una gran diferencia! ¡Piense en esto!

Uno de los grandes retos en nuestras relaciones tiene que ver con la manera en que lidiamos con los problemas que surgen de vez en cuando. Como en el caso de cualquier clase de relación, surgirán problemas entre nosotros y aquellos alrededor nuestro. Considere las siguientes preguntas: «¿Cómo debemos lidiar con los problemas que surgen en nuestra relación con otros?». «¿Qué podemos hacer para evitar que los problemas aumenten?». «¿Qué pasos podemos tomar que pueden ayudar en nuestras relaciones presentes, como también proveernos de las herramientas para ayudarnos en otras situaciones futuras?».

La Terapia Enfocada en la Solución es un modelo terapéutico popular que se usa en la consejería. Mientras que muchos otros modelos se enfocan en el problema, la Terapia Enfocada en la Solución se enfoca en las soluciones para el problema. Se quita el enfoque del problema ya que frecuentemente la gente se «estanca» en sus problemas y no puede ver la salida. Se pone el énfasis en las soluciones ya que esto abre las puertas al cambio.

¿Qué tiene que ver esto con nosotros como cristianos? Muchas veces tenemos problemas y nos enfocamos en lo malo de la situación, la desesperación que sentimos y lo terrible que luce el futuro. ¡Esto puede guiar fácilmente a la depresión, los sentimientos de desesperación e incluso la soledad ya que nuestro enfoque es equivocado! Pero piense en lo diferente que serían las cosas si nuestro pensamiento se enfocara en la solución de nuestros problemas. ¡Abrimos las puertas a posibilidades que no hemos considerado antes!

El fundamento de cambio en esta clase de terapia tiene que ver con el «enfoque» en soluciones que funcionarían para nuestras familias en la resolución de problemas que surgen. El enfoque principal de este procedimiento es que, una vez determinado el problema, es más beneficioso tomar tiempo significativo en buscar las soluciones, en vez de obsesionarse con el problema.

Un ejemplo bíblico del enfoque en el problema se relaciona a Judas. Judas fue uno de los doce apóstoles que Cristo instruyó, a quien se le concedió dones milagrosos, y quien incluso guardaba los fondos del grupo; pero él traicionó a Cristo. Mateo 27:3-5 dice que Judas se «arrepintió» de haber traicionado a Cristo. Este «arrepentimiento» realmente fue remordimiento, y Judas terminó ahorcándose. ¡Él se enfocó en el problema al punto de tomar su propia vida!

Un ejemplo bíblico del enfoque en la solución se relaciona a Pedro. Él hizo lo opuesto que Judas hizo; ¡no se enfocó en el problema, sino en la solución! Mateo 26:75 dice que, después de negar a Jesús tres veces, salió y «lloró amargamente». Aunque Pedro se sintió triste por lo que había hecho, no se enfocó en esto. A diferencia de Judas, se enfocó en la solución en vez del problema; ¡y mire la diferencia que marcó esto en su vida!

¿Puede esta clase de pensamiento resolver nuestros problemas? Esta técnica puede funcionar en nuestros problemas personales o familiares, o en nuestros problemas con amigos o compañeros de trabajo. Teniendo en cuenta esto, ¿qué clase de persona es—enfocada en el problema o en la solución? ¡Esto puede marcar una gran diferencia! ¡Piense en esto!