El origen del género humano

Resumen

Aunque es claro que los hombres y las mujeres tienen roles diferentes, ante Dios ninguno de ellos es superior al otro.

En los Estados Unidos se ha discutido extensamente el tema del género en los 50 años pasados. El movimiento feminista lo ha hecho desde la década de 1960, y hoy todavía se discute el tema debido a la atención reciente del transgenerismo. La Biblia habla de manera exacta y definitiva en cuanto al tema del género humano. El fenómeno del género humano es el resultado del propósito creativo de Dios que tomó lugar el sexto día de la creación inicial: «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Génesis 1:27).

Cuando Dios creó el género, claramente tuvo el propósito de fijar el estándar para toda la raza humana. Él buscó expresar permanentemente la interrelación entre los hombres y las mujeres. En el Nuevo Testamento, se habla de esta interrelación en detalle en 1 Timoteo 2, donde Pablo explicó los roles de los géneros con relación a la adoración.

Sin embargo, Pablo también habló del género en una de sus cartas a la iglesia en Corinto. Sus enunciados en cuanto al género están conectados claramente con la manera en que los hombres y las mujeres en la iglesia deben interactuar mutuamente. Los roles respectivos del hombre y la mujer en la iglesia son establecidos por el género.

Los enunciados de Pablo demuestran que el género, en su relación con la función de rol en la iglesia, es un asunto de creación—no de cultura (como algunos sugieren). Él explicó el origen del género según el propósito divino en la creación:

Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón… Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios (1 Corintios 11:8,11-12).

Las palabras en negrita representan las preposiciones en el lenguaje original. El término traducido «de» es la preposición griega ek, que significa: «fuera de». El hombre no «salió de» la mujer, sino la mujer «salió del» hombre. Pablo estuvo haciendo referencia específicamente—y literalmente—al origen de la primera mujer. Su cuerpo fue creado de una porción del cuerpo del hombre. Su origen físico literalmente dependió «del» cuerpo del hombre. Entonces, no es una sorpresa que Adán declarara: «Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada» (Génesis 2:23). En hebreo, la palabra para varón es ish. Adán usó un juego de palabras para crear el término «mujer» (ish-ah).

En el mismo texto en 1 Corintios, Pablo clarificó adicionalmente el concepto del género al declarar que, aunque la mujer «procede del» hombre, el hombre también «nace de» la mujer. Aquí la preposición griega es dia, que significa «a través o por». Otra vez, Pablo estuvo hablando literalmente. A través de la historia humana, todos los hombres (excepto Adán) han llegado al mundo a través de una mujer. Las mujeres son las que han sido designadas para concebir. Los hombres no tienen razón para considerarse superiores a las mujeres (aunque tienen roles diferentes). Dios espera que el hombre cumpla varias responsabilidades muy precisas dentro y fuera de la iglesia, y Él también ha creado a la mujer para tener sus propias responsabilidades. De hecho, sus respectivos roles están fundamentados en la creación divina del género en el mismo comienzo del tiempo.