El camino a la felicidad

Resumen

Todos podemos alcanzar la felicidad en la vida, pero la felicidad verdadera tiene ciertas reglas que se deben seguir.

Todos quieren tener felicidad, pero no todos quieren pagar el precio de la felicidad. El camino a la felicidad tiene reglas.

Regla #1

Cuente sus bendiciones, no sus problemas. Otras personas no necesitan ser fatigadas constantemente con sus problemas; ellos tienen suficientes problemas propios. Piense en las promesas de Dios (Malaquías 3:10; Lucas 6:38). Mucha gente se preocupa de las cosas pequeñas y se olvida de las cosas y problemas importantes de la vida.

Regla #2

Viva un día a la vez. Usted puede controlar y conquistar cualquier pecado si vive un día a la vez. Santiago escribió:

¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello (4:13-15).

Regla #3

Aprenda a decir: «Te quiero». Cada día, rompa el «frasco de alabastro» de bondad ante tanta gente como sea posible (Marcos 14:3-6).

Regla #4

Aprenda a ser un dador en vez de un recibidor. Si está fracasando en conseguir de la vida lo que quiere, tal vez es porque está esperando recibir en vez de dar. Lea las palabras de Jesús en Lucas 6:27-38.

Regla #5

Busque lo bueno en todos y en todo. Sea un «buen» buscador de lo bueno, no un buscador de «faltas» (Mateo 7:1-5).

Regla #6

Haga al menos una buena obra cada día. Plante una «semilla de bondad», y esta producirá según su género. Recuerde las palabras de Pedro en Hechos 10:38:

…Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Regla #7

Ore cada día. Reserve algún momento en su día para agradecer a Dios por Sus muchas bendiciones, y pida Su guía. Lucas 18:1 dice:

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.