Útil para Enseñar

Esta es la primera parte de una serie de bosquejos sobre la utilidad de la Palabra: (1) Útil para Enseñar; (2) Útil para Redargüir; (3) Útil para Corregir; (4) Útil para Instruir en Justicia. Lectura bíblica recomendada: Salmos 119:105

Introducción

A. Piense en todas las cosas que no sabríamos si no tuviéramos la Biblia.

B. Pablo escribió en cuanto a cuatro cosas esenciales para las cuales las Escrituras son útiles (2 Timoteo 3:16).

C. La primera es la enseñanza o doctrina.

Exposición

I. No debemos basar la doctrina en las tradiciones o mandamientos humanos.

A. Este fue un problema que Jesús señaló a los fariseos (Mateo 15:1-6).

B. Este también fue un problema en las generaciones de los samaritanos (Juan 4:20; 2 Reyes 17:33).

C. Este es un peligro continuo que puede destruir a las iglesias de Cristo (Hechos 15:24).

II. Debemos permitir que las Escrituras determinen lo que enseñamos.

A. Esto es lo que Jesús hizo (Juan 5:19; 7:16; 12:49-50).

B. Esto es también lo que los apóstoles hicieron (Mateo 16:19; 28:20; Hechos 15:16-18).

C. Esto es lo que los evangelistas antiguos hicieron en todos los lugares en los que predicaron (Hechos 2:14-36; 8:35; 17:1-3).

D. Ya que mis pensamientos en religión no son mejores que los de otros, necesito los pensamientos de Dios (Proverbios 14:12; Isaías 55:8-9; Jeremías 6:16; 10:23).

Conclusión

A. “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios” (1 Pedro 4:11).

B. Ya que la Biblia es el único documento útil para la enseñanza, debemos meditar mucho en su contenido, tenerla siempre presente en nuestras vidas, y enseñarla a nuestros hijos.