Un Sacrificio Vivo: El Espíritu de Contención

Resumen

La iglesia no es inmune al problema de la contención, pero Dios quiere que quememos esta mala disposición en el altar.

Lectura bíblica recomendada: Romanos 12:1-2

Introducción

I. Sea que nos guste o no, vivimos en una sociedad muy contenciosa.

II. La iglesia no es inmune al problema de la contención, pero esta disposición de espíritu es una de las cosas que Dios quiere que quememos en el altar del sacrificio vivo (Romanos 14).

Exposición

I. Necesitamos considerar el valor de aquellos que son débiles.

A. La referencia “débil en la fe” (Romanos 14:1) incluye a aquellos que tienen conocimiento limitado (1 Corintios 8:7) y que son más susceptibles a tropezar en su fe (1 Corintios 8:9).

B. Pablo quiso que valoremos y animemos adecuadamente a los que son débiles (1 Corintios 8:7-13; 9:22; 12:21-22).

C. Algunas veces podemos ser débiles cuando pensamos que somos fuertes (1 Corintios 4:8-10; cf. Gálatas 6:1).

II. Podemos renunciar a nuestras contenciones al aferrarnos a nuestras convicciones.

A. Siempre habrá “opiniones” (Romanos 14:1) que realmente solo importan en nuestras propias mentes.

B. Independientemente de la forma en que resolvamos nuestros desacuerdos, siempre debemos aferrarnos a nuestras convicciones (Romanos 14:5,22-23; 1 Corintios 8:9-11).

C. Independientemente de los problemas, el espíritu de contención nunca es la solución (1 Corintios 8:12-13; 9:19-23; 2 Timoteo 2:23-25).

Conclusión

I. El espíritu de contención nunca producirá el tipo de crecimiento espiritual que agrada a Dios.

II. Dejar el espíritu de contención nos permitirá actuar eficazmente en nuestras convicciones.