Cuando sucumbimos al deseo carnal, vendemos, como Esaú, nuestra primogenitura por los placeres temporales del pecado.
Read MoreContinúe abajo o use el siguiente motor para hacer una búsqueda. Oprima el botón de suscripción para recibir materiales gratuitos.
Cuando sucumbimos al deseo carnal, vendemos, como Esaú, nuestra primogenitura por los placeres temporales del pecado.
Read More