Luchando con Dios

Resumen

Nadie puede luchar con Dios y vencerle, pero hay grandes beneficios en rendirnos a Él y darle el control de nuestra vida.

Lectura bíblica recomendada: Oseas 12:2-6

Introducción

I. La Biblia narra que Jacob luchó con un ángel mientras se preparaba para el encuentro con su hermano Esaú, de quien había huido para salvar su vida hace algo de 20 años atrás.

II. Su oponente dio a Jacob el nuevo nombre de “Israel”, declarando que había luchado con Dios y los hombres y había prevalecido.

Exposición

I. La vida de Jacob siempre estuvo marcada de conflicto.

A. Literalmente nació en conflicto con su hermano Esaú (Génesis 25:22-26).

B. Este conflicto creció cuando los niños también crecieron (Génesis 25:29-34; 27:1-46).

C. Otra vez, Jacob enfrentó conflicto en la casa de Labán (Génesis 30:25-43; 31:2-3,26-32).

II. Las cosas cambiaron para Jacob después de su encuentro con Dios.

A. Su nombre cambió (Génesis 32:28; 35:10).

B. Su condición física también cambió (Génesis 32:31).

C. Lo que es más importante, su relación con el Todopoderoso cambió profundamente (cf. Génesis 27:20; 28:13; 31:42; 32:9; 33:18-20).

III. Jacob no fue el único que luchó con Dios.

A. Muchos profetas también tuvieron conflictos con Dios (Éxodo 3-4; Jonás 1:1-3; Habacuc 1:2-7).

B. También hubo apóstoles que tuvieron una “lucha” con Dios (Mateo 16:22-23; Hechos10:14; 2 Corintios 12:7-10).

Conclusión

I. Aunque nadie puede luchar con Dios y vencerle, hay grandes beneficios en rendirnos a Él.

II. Él le dará valor para sus temores, fortaleza para sus debilidades, y luz para sus dudas.