Lecciones del libro de Hechos: El segundo viaje misionero de Pablo [Parte 5: El ministerio en Corinto]

Resumen

Aunque muchos rechazarán el Evangelio, hay mucha gente preparada para creer, incluso en los lugares menos esperados.

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— Lectura bíblica recomendada: Hechos 18:9-10

Introducción

I. Al dejar Atenas, Pablo fue a Corinto donde pasó un año y medio enseñando a los corintios (Hechos 18:11).

II. En tal lugar sucedieron eventos claves en el ministerio de Pablo a los gentiles.

Exposición

I. La depravación del Corinto antiguo.

A. Corinto estaba ubicado en un istmo que unía el mar Jónico y el Egeo.

B. Debido a los peligros de la navegación alrededor del Peloponeso, los esclavos arrastraban las embarcaciones a lo largo del istmo por la ruta llamada el Diolkos.

C. Mientras esperaban, los marineros de muchas tierras mezclaban sus vicios; la involucración en el culto de prostitución en el templo de Afrodita era una atracción principal.

D. La fornicación rampante en tal lugar inspiró el término korinthiazo (que significa vivir o actuar como un corintio) como un eufemismo para la fornicación (1 Corintios 5:1; 6:9-19).

II. La tierra buena en medio de tal ambiente.

A. En tal ciudad depravada, Pablo conoció a Priscila y Aquila, quienes laboraron juntamente con él por años (18:2-3; cf. Romanos 16:3-4; 1 Corintios 16:19; 2 Timoteo 4:19).

B. Aunque muchos judíos se le opusieron, Crispo, el principal de la sinagoga, llegó a la conversión, juntamente con muchos otros corintios (18:5-8).

C. El Señor aseguró a Pablo que tenía «mucho pueblo» en Corinto; esto significa tierra buena que estaba preparada para recibir el Evangelio (18:9-10).

III. El objetivo a largo plazo.

A. Con la garantía del Señor, Pablo pasó dieciocho meses en Corinto (18:11).

B. Pablo enfrentó persecución (18:4-6, 12-17), pero debido a su perseverancia y la bendición del Señor, una congregación fue establecida en Corinto.

C. Pablo tuvo que analizar sus prioridades y usar su tiempo y energía sabiamente, pues no podía dar «lo santo a los perros» o echar «perlas delante de los cerdos» (Mateo 7:6).

D. Como Pablo, no debemos permitir que los «perros» y «cerdos» del mundo impidan que plantemos la semilla del reino en la tierra buena que está delante de nosotros.

Conclusión

I. El ministerio de Pablo en Corinto nos enseña el valor de la perseverancia en nuestro mundo depravado.

II. Así como entonces, hoy también muchos rechazarán el Evangelio.

III. Sin embargo, Jesús tiene mucho pueblo preparado para creer, y frecuentemente en los lugares menos esperados.