Una «cerca invisible»

Resumen

La conciencia es como una alarma que advierte que estamos acercándonos a un área prohibida y que no debemos continuar.

Las cercas invisibles son muy comunes ahora. En caso de que no esté familiarizado con ellas, esto es simplemente un cable que está enterrado en cierto perímetro de una huerta y que envía una señal al collar de, por ejemplo, un perro. Cuando el perro se acerca al límite de la cerca, el collar comienza a sonar, advirtiéndole que se está acercando a un área prohibida. Si el perro continúa su camino, entonces el collar le dará una pequeña sacudida de descarga eléctrica.

La conciencia es como el sonido de tal collar. Es una «voz interna» que nos advierte de que estamos acercándonos a un área prohibida. Si cruzamos el límite, nos arriesgamos a quebrantar nuestra conciencia y sentirnos culpables. Si seguimos ignorando nuestra conciencia, finalmente nos acostumbraremos al sonido desagradable y ya no sentiremos la pequeña descarga, sino que llegaremos a ser insensibles.

Se puede encontrar la palabra «conciencia» en la Biblia. Pablo siempre vivía con limpia conciencia (Hechos 23:1; 24:16; 2 Timoteo 1:3). Pero también sabemos que Pablo pecó (1 Timoteo 1:13), ¡lo cual significa que se puede pecar delante de Dios en limpia conciencia! Nuestra conciencia debe ser educada por la Palabra de Dios para que nos mantenga dentro de los límites de la voluntad divina.

Si nuestra conciencia es educada por el Espíritu a través de Su Palabra, entonces puede testificar de que estamos obedeciendo a Dios «en el Espíritu Santo» (cf. Romanos 9:1). Pablo advirtió a los cristianos de que no dejaran que su libertad guiara a un cristiano más débil a ofender su conciencia (1 Corintios 8:7, 10, 12; 10:25, 27-29).

Si nuestra conciencia es educada por la Palabra de Dios, entonces podremos vivir en honestidad y fe sincera (1 Timoteo 1:19). Si no conservamos la sensibilidad de nuestros corazones ante las enseñanzas del Espíritu, entonces nuestras conciencias llegarán a cauterizarse (1 Timoteo 4:2). En tal caso, no sentiremos ningún dolor o culpabilidad cuando violamos los mandamientos de Dios.

Si queremos tener una conciencia limpia, esta debe ser lavada con la sangre de Cristo (Hebreos 9.14; 10:22). La Biblia enseña que el punto del bautismo es el tiempo en que nuestros pecados son perdonados por la sangre de Cristo y en que nuestras conciencias llegan a ser limpiadas (1 Pedro 3:21).