Rastrillar es fácil; cavar es difícil

Resumen

El conocimiento bíblico superficial no es suficiente. Los cristianos debemos cavar en las profundidades de la Palabra.

[P]ero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios (Hebreos 5:14-6:1).

«Rastrillar es fácil, pero todo lo que se junta es hojas; cavar es difícil, pero puede encontrar diamantes». Aunque de ninguna manera endorso toda la teología de John Piper, su comentario es correcto en cuanto a la necesidad de remangarnos la camiseta para cavar en las profundidades de la Palabra de Dios. Afortunadamente, Dios ha revelado las cosas necesarias para nuestra salvación en un lenguaje sencillo de entender. Si se pone a un lado la teología errónea de muchos líderes religiosos, se puede ver fácilmente la esencialidad de la fe (Juan 3:16; Hebreos 11:6), el arrepentimiento (Lucas 13:1-5; Hechos 2:38), la confesión (Mateo 10:32-33; Hechos 8:36-37; Romanos 10:9), el bautismo (Marcos 16:15-16; Hechos 2:38; 1 Pedro 3:21) y la fidelidad en el cristianismo (Mateo 28:20; Romanos 6:3-7, 17-18; 2 Corintios 5:14-15; Apocalipsis 2:10). Es un gran consuelo saber que no se necesita un doctorado en teología para vivir fielmente.

Habiendo dicho esto, hay otros aspectos de la fe cristiana que son más difíciles de entender. Pedro hizo referencia a algunos de los escritos de Pablo como Escrituras «difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición» (2 Pedro 3:16). El escritor de Hebreos criticó a su audiencia por no haber progresado en su entendimiento y práctica de las cosas más profundas en Cristo (5:11-6:3). Pablo lamentó el hecho de que los hermanos en Corinto no pudieran digerir la vianda de la revelación de Cristo (1 Corintios 3:1-3). La conclusión de estos pasajes, y otros similares, es que el Señor espera más de nosotros de lo que esperaba al tiempo de nuestra conversión. No es suficiente llegar a Cristo y permanecer en nuestra infancia espiritual, aunque esto es donde el cristianismo comienza (1 Pedro 2:1-2).

El camino cristiano es uno de desarrollo y madurez constante mientras buscamos crecer «en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo» (Efesios 4:15), no siendo «insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor» (Efesios 5:17), usando «bien la palabra de verdad» (2 Timoteo 2:15), siendo el resultado la preparación completa «para toda buena obra» (2 Timoteo 3:17). Esto es necesario con el fin de estar «siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros» (1 Pedro 3:15).

En su segunda epístola, Pedro lidió con la amenaza de los profetas y maestros falsos que introducirían «encubiertamente herejías destructoras» (2:1) con el fin de que muchos sigan «sus disoluciones» (2:2). Estos son algunos de los puntos claves que ocasionaron la advertencia de Pedro en cuanto a los indoctos e inestables que tuercen las Escrituras para su propia perdición (3:16). La respuesta ante esta amenaza es: «creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (3:17-18).

Aquellos que representan al adversario están constantemente puliendo sus argumentos en contra del cristianismo. En este tiempo, ellos están ganando más discípulos que nosotros. Desafortunadamente, nuestros propios hijos llegan a ser sus seguidores cuando van a recibir educación superior o incluso cuando van a sus centros de educación secundaria. Hay buenas respuestas para cada uno de los argumentos de los incrédulos, pero nosotros debemos conocer la voluntad de Dios más profundamente que aquellos que solamente nadan en la superficie de las aguas escriturales. Así como el escritor de Hebreos instó a sus lectores a avanzar más allá de los principios fundamentales del cristianismo, nosotros también debemos dejar el rastrillo y tomar la pala. De otra manera, los hijos de este mundo continuarán siendo más sagaces que los hijos de la luz (Lucas 16:8). El conocimiento superficial constante no es suficiente. Aunque se requiere más esfuerzo para cavar, las recompensas valen la pena.