¿Qué Es el Liberalismo?

Resumen

Si usamos los términos “liberal” y “conservador” sin definir un estándar, entonces los liberales ganan la discusión.

Algunos años atrás salí a almorzar con un amigo que siempre está listo, en cualquier momento y en cualquier lugar, a entablar una conversación vívida en cuanto a los males del pensamiento político liberal en Norteamérica, particularmente si esto implica comparar al presidente con el arsénico. Le dije: “Define el liberalismo”. Él frunció el ceño y comenzó a hablar de políticos liberales que le “volvían loco”.

“Eso no es lo que quiero. Lo que quiero es que definas el liberalismo”. Sorprendentemente, esta fue una pregunta difícil para él.

Él dijo: “Dímelo tú”. Respondí: “Significa ‘aflojar’ las reglas que están conectadas con cierto estándar. El liberalismo siempre involucra un estándar. Sin un estándar, no existiera tal cosa como el liberalismo”. Él estaba escuchando, así que continué. “Además, creo que para el tiempo en que una persona tiene seis o siete años de edad, ya se ha determinado con mucha probabilidad lo que será en la vida, un liberal o un conservador”. (Yo no estaba completamente seguro si podía respaldar este último punto, pero sabía que le provocaría curiosidad). “El factor más determinante es los padres. Ellos pueden criar a hijos que encuentren libertad en un buen sistema de reglas y limitaciones, o hijos que simplemente crean que las reglas son un estorbo para una vida mejor”.

Él no estuvo de acuerdo. Había sido criado en un hogar carente de educación conservadora, pero había llegado a ser un conservador inflexible. Yo dije: “Estoy de acuerdo con el punto, pero cada conservador obtuvo su enfoque de algún lugar, habiendo sido influenciado profundamente por alguien muy temprano en la vida”. Los dos estuvimos de acuerdo en este punto.

Sea en la política, la religión o cualquier otro campo, el término “liberalismo” presupone un estándar. La persona liberal busca desatar donde el estándar ha atado. En Norteamérica, hemos tomado el concepto de la libertad y lo hemos pervertido para que signifique “tolerancia”. Por esta razón las palabras “liberal” y “conservador” parecen muy vacías para la gente. Es imposible que alguien sea conservador o liberal sin un punto de referencia, algún estándar por el cual podamos juzgar. Hacer referencia a algo conservador o liberal sin un estándar es como usar las palabras “grande” y “pequeño” sin especificar que se está haciendo referencia a elefantes, plantas, peces, personas o autos. Si usamos los términos “liberal” y “conservador” sin definir un estándar, entonces los liberales ganan la discusión. Si realmente no existe estándar, entonces la gente debe tener libertad para vivir sin que nadie critique sus pensamientos o acciones.

Los norteamericanos frecuentemente han malentendido la libertad de los Estados Unidos. Es cierto que la Declaración de Independencia incluye las palabras: “Todos los hombres son creados igualmente; el Creador les ha otorgado ciertos derechos inalienables; entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de felicidad; para garantizar estos derechos, se instituye gobiernos entre los hombres, derivándoles simplemente poderes por consentimiento de los gobernados”. Observe que los fundadores de los Estados Unidos consideraron que la libertad por la cual estaban dispuestos a morir era algo que incluía el gobierno: un estándar.

Durante la campaña presidencial de 2000 en los Estados Unidos, Al Gore promocionó el enfoque popular entre muchos liberales cuando prometió que si era elegido nombraría a jueces “que entiendan que nuestra constitución es un documento vivo”, gente que entienda que “nuestros fundadores quisieron que se la entendiera a la luz de la experiencia constantemente evolutiva de la gente norteamericana”.

Eso es liberalismo. Se considera al estándar (en este caso la Constitución de los EE.UU.) lo suficientemente flexible para cambiarlo según el gusto personal. Pero los antepasados de esta nación nunca sugirieron que la libertad significara “libertad de cualquier estándar”. En los Estados Unidos, usamos el término “libertad”, pero muchos lo malentienden pensando que esto significa “neutralidad moral”. Ellos han desechado el estándar.

En el fondo, el liberalismo es un enfoque defectuoso. ¿Cuándo es un tren más libre—cuando marcha a través de los rieles o cuando se descarrila y atraviesa alguna pradera? De igual manera, los hombres son más libres cuando viven según los límites de las leyes y constituciones válidas, y principalmente, según los límites de la Palabra de Dios. La autoridad divina dice lo siguiente:

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia (Romanos 13:1-5).

La libertad y el liberalismo suenan similares, pero son muy diferentes. Si cada hombre fuera un liberal verdadero, el resultado sería la anarquía y al final nadie tuviera libertad. Imagine lo que pasaría en la Liga Nacional de Fútbol si se decidera ser liberal con las reglas oficiales.

Hay ejemplos bíblicos de liberalismo, de los cuales uno de los más claros está en Números 16. Considere los tres primeros versículos y recuerde que Dios había escogido a Moisés como legislador para Israel. Dios hizo la ley; Moisés dio y administró la ley.

Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre. Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?

El argumento era que el estándar para que Moisés fuera el legislador era simplemente su santidad. Eso no era cierto. El estándar era la Palabra de Dios. Moisés era el legislador porque Dios le escogió para ese trabajo. Coré era un liberal ya que trató de encontrar una manera de desatar lo que Dios había atado. “¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos”. ¿Tenía el argumento de los liberales el propósito que la congregación se enfocara en el estándar de Dios? Ellos lucharon contra el estándar que había hecho de Moisés un líder, y en su liberalismo buscaron libertad de las reglas.

Una última nota: como cristianos debemos evitar desarrollar pensamientos que se opongan o nos alejen del Nuevo Testamento como nuestro estándar fundamental. El liberalismo ante el estándar bíblico es el más peligroso de todos, ya que las consecuencias son eternas. Jesús dijo:  “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).