¿Por qué Jesús permitió que Judas, un ladrón, estuviera encargado de los fondos de Su ministerio?

Resumen

Judas no solamente era ladrón y traidor, sino también el tesorero entre los apóstoles. ¿Por qué Jesús permitió esto?

Juan 12:6 revela que Judas era ladrón y sustraía de los fondos del ministerio de Jesús. Esto ha causado especulación en cuanto a la razón por la cual Jesús le permitió ser el «tesorero» entre los apóstoles.[1] La pregunta implica que Jesús conocía el corazón y las acciones de Judas; y aunque la humanidad de Jesús pudiera haber permitido la probabilidad de que este «conocimiento» realmente no estuviera disponible para Él en ese momento, lo cierto es que «Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar» (6:64). Además, Jesús pronto predeciría la traición de Judas (Juan 13:18-28) y declararía esto como un cumplimiento de las Escrituras antiguas (vs. 18). Estas Escrituras revelan que la traición sería por dinero (Zacarías 11:12). Por tanto, si se «arma el rompecabezas», se puede admitir que la implicación es correcta: Jesús sabía que el traidor (Judas) tenía dos problemas: (1) un problema de lealtad y (2) un problema de dinero. Sabiendo esto, ¿por qué permitió a una persona de tal carácter conservar la bolsa de los fondos de Su ministerio?

Esta pregunta puede ser contestada al tener en cuenta el principio general de que, durante Su ministerio terrenal, Jesús no estuvo obligado a actuar según Sus atributos divinos al interactuar con la gente (cf. Marcos 5:30-33), sino que también debía ser un humano y actuar como un humano. Como Jonathan Edwards, tercer presidente de la Universidad de Princeton, declaró, Jesús «no se invistió del carácter de Juez omnisciente y escudriñador de corazones, sino actuó como un ministro de la iglesia visible […] y por ende no lo rechazó hasta que él [Judas] se hubiera dado a conocer por su práctica escandalosa».[2] Adicionalmente, en armonía con la naturaleza santa y amorosa de Jesús, se puede sugerir un par de razones específicas para permitir que Judas tuviera tal oficio.

  • Mostrar la misericordia abundante de Jesús. Tener la bolsa de los fondos hubiera permitido que Judas también tuviera conocimiento constante del ingreso escaso disponible para Jesús y Sus apóstoles. Esta era una oportunidad práctica y visual de entender que el ministerio de Jesús no se trataba del dinero sino del amor, y que, si Judas quería «hacer tesoros en la tierra» (cf. Mateo 6:19), entonces estaba en el oficio equivocado. Esta pudo haber sido la manera en que Jesús le decía: «Mira, Judas. Yo trabajo sin ninguna agenda escondida, sino con amor puro. Haz tú lo mismo» (cf. Lucas 10:37).

  • Mostrar el carácter real de Judas para aquel tiempo. Los ladrones no tienen problemas de robar a los ricos y malos, pero las conciencias de algunos de ellos son afligidas cuando saben que sus víctimas son personas buenas que no tienen casi nada en la vida. Por otra parte, Judas pronto revelaría que carecía incluso del nivel más ínfimo de sensibilidad y deseo de reflexión. A él no le importaba los pobres (Juan 12:6) ni los buenos (vs. 8; cf. Lucas 8:3). La realidad triste es que, para este punto del ministerio de Jesús, el corazón de Judas se había endurecido, y su carácter había llegado a ser completamente malo.

[1] Aunque no hay registro de que Jesús haya nombrado a Judas como encargado de la bolsa, es obvio que Él le permitió tener tal oficio.

[2] Edwards, Jonathan, Las obras del presidente Jonathan Edwards [The works of president Jonathan Edwards] (Nueva York: Leavitt, Trow & Co, 1844), 1:536.