Obras Versus Obras

Pregunta:

“He escuchado de muchas religiones que la salvación es ‘solamente por fe’, y que todo lo demás es obra. ¿Puede ayudarme con la definición de ‘obras’; y anula las obras la fe de una persona?”.

Respuesta:

El Nuevo Testamento usa la palabra “obras” principalmente en dos maneras diferentes, dependiendo del contexto en que aparece. Por esto, es muy importante para la interpretación bíblica correcta examinar completamente el contexto de cada pasaje de la Escritura. Desde luego, esto también es importante en cualquier clase de comunicación. Se puede decir que los tres principios de la comunicación exitosa y la clave para entender la Biblia son: “el contexto, el contexto y el contexto”.

El apóstol Pablo usó la palabra “obras” en el libro de Romanos para hacer referencia a los actos de mérito que caracterizaban al judaísmo—las “obras de la ley” (Romanos 9:32). En este mismo sentido usó la palabra “obras” cuando escribió a las iglesias de Galacia: “…sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado” (Gálatas 2:16). Por ende, la Escritura afirma que no podemos ganar nuestra salvación. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9); “…no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). Sin embargo, tres versículos después, leemos: “Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres” (Tito 3:8).

Aunque no se puede ganar la salvación, los cristianos deben realizar “buenas obras” para agradar a Dios (1 Timoteo 6:18; Tito 2:7), las cuales son manifestaciones de nuestra fe viva. ¡Se debe demostrar la fe cristiana! “…[N]uestro gran Dios y Salvador Jesucristo…se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:13-14). Además, los cristianos deben exhortarse los unos a los otros a realizar buenas obras: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24).

El pasaje bíblico clásico que muestra la relación entre la fe cristiana y la acción o la obra como un resultado de la fe es Santiago 2:14-26. Santiago no estuvo contradiciendo al apóstol Pablo. Ellos simplemente usaron la palabra en un contexto diferente. Pablo hizo referencia al mérito debido a las obras realizadas—lo cual hubiera sido el único medio de santidad humana verdadera y duradera bajo el judaísmo. Ya que nadie vivió una vida impecable, las obras de la ley no podían salvar a los humanos pecadores. Por otra parte, Santiago hizo referencia a las acciones de una fe viva y activa. Estas obras no son los medios de la salvación, pero son los frutos de la fe. Por ende, Santiago mencionó tres veces en el contexto: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17,24,26).

La fe cristiana es equivalente a la obediencia. La obediencia absoluta que la Antigua Ley requería para justificar a la persona llegaba a ser inalcanzable cuando alguien violaba alguna porción de la ley de Dios (1 Juan 3:4). Cada persona responsable se encuentra en esta situación lamentable (Romanos 3:10,23). Jesucristo hizo por nosotros lo que nosotros no podíamos hacer por nosotros mismos (Romanos 5:8); no obstante, la humanidad todavía debe obedecer (Marcos 16:16; Hechos 2:38). Cristo “vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9). Así que existe relación bíblica entre la obediencia u obras y la fe—“la obediencia a la fe” (Romanos 1:5; 16:26).