La Intimidad Matrimonial: Pura y Saludable

Cuando Dios creó a la humanidad, le creó varón y mujer (Génesis 1:27). Hay muchas diferencias entre los hombres y las mujeres, y se requiere uno de cada género para producir otra vida humana. Dios diseñó la relación sexual para crear unidad entre el esposo y su esposa (Génesis 2:24-25; cf. 1 Corintios 6:18). Como todo lo demás que Dios creó y que es “bueno”, el hombre ha corrompido y pervertido la relación sexual; “vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto” (Efesios 5:12).

Aunque la Biblia dice mucho en cuanto al empleo pecaminoso de la relación sexual, también tiene mucho que decir en cuanto a la relación íntima entre los esposos que es pura y saludable. Por ejemplo, considere la descripción de felicidad marital en el libro de Cantares, un poema en cuanto al amor entre esposos.

Aquí hay algunos pensamientos y sugerencias de la Palabra de Dios que le ayudará a usted y a su cónyuge a conservar una relación íntima que es pura y saludable:

  1. Mantenga a otros fuera de la relación matrimonial. El adulterio es involucrar a alguien más en su cama (Hebreos 13:4). Tampoco emplee fotos o videos. Este artículo no lidia con los problemas de la pornografía, pero se debe evitar esto. Conserve su relación íntimamente, solo entre ustedes dos.
  2. Conserve una relación saludable fuera del lecho matrimonial. La esposa no estará dispuesta a compartir su amor con alguien que frecuentemente le critica (Romanos 14:19). Tampoco es fácil que el esposo comparta su amor con alguien que siempre discute con él (Proverbios 21:9).
  3. Use sus palabras para elogiar a su cónyuge, especialmente en tales áreas que él/ella se sienta particularmente vulnerable. Simplemente considere Cantares 4:1-5 y 5:10-16. Aunque su cónyuge puede ser completamente diferente a otras personas, es muy probable que quiera y necesite oír sus palabras de aprecio por sus atributos. Elogie libremente y sinceramente.
  4. Conserve a un mínimo el nivel de estrés en su vida. La vida demanda mucha energía, tiempo y poder mental. Incluso si su esposa se queda en casa, está ocupada con los quehaceres del hogar. Las distracciones pueden robar el tiempo de intimidad. Si necesita hacerlo, limpie la casa o lave los platos para que su esposa pueda darle su energía mental y física. Si es una esposa y necesita hacerlo, corte el césped y conserve la lista de quehaceres de su esposo lo más corta posible para que él pueda darle sus pensamientos y energía.
  5. ¡Comuníquese! En 1 Corintios 7:3-4, Pablo escribió: “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer”. Comparta con su cónyuge lo que disfruta y dele lo que su cónyuge disfruta. No reprima la información al respecto; compártala.
  6. Finalmente, piense en su cónyuge. Sea considerado si su cónyuge no se siente bien. Sea considerada si su cónyuge se siente abrumado. Piense en las necesidades de su cónyuge antes de pensar en las suyas: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Filipenses 2:3-4).

Dios diseñó la relación sexual. Él la diseñó para que sea buena. Es buena si solamente seguimos las instrucciones que ha establecido para nosotros en Su Palabra. Pero si seguimos Sus instrucciones, podremos gozar la relación íntima con nuestro cónyuge, la cual es pura y saludable, como Dios la diseñó. Entonces esta relación nos hará uno.