En tiempos difíciles

Resumen

Conservemos la fe, sabiendo que el Señor está con nosotros, que Cristo regresará, y que este mundo no es nuestro hogar.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:1-6).

Si piensa que estamos viviendo en tiempos difíciles, considere las circunstancias que los discípulos de Jesús estuvieron atravesando justo antes de que Él les fuera quitado. Jesús había predicho que uno de ellos Lo iba a traicionar (Juan 13:21-30), que Se iría y que ellos no podían seguirlo (vss. 31-35). Predijo que Pedro Lo negaría tres veces antes del canto del gallo (vss. 36-38), y que todos los discípulos Lo abandonarían (Mateo 26:31-35). Los discípulos realmente estaban enfrentando un tiempo difícil debido a las palabras de su Maestro. Pero en medio de tales circunstancias, Jesús les amonestó: «No se turbe vuestro corazón».

En tiempos difíciles, debemos conservar la fe

La declaración de Jesús en Juan 14:1 podría ser traducida: «Seguid creyendo en Dios, y seguid creyendo en mí». Aunque ese fue un día difícil, lo peor todavía no había llegado. Ellos serían odiados, abusados y muertos (Juan 15:18-21; 16:1-4). En los tiempos más oscuros que se aproximaban, era vital que ellos no abandonaran su fe en Dios y en Cristo. Lo mismo se aplica a nosotros hoy.

En tiempos difíciles, debemos recordar que no estamos solos

Aunque Jesús dijo a los discípulos que les sería quitado, les prometió que el Padre enviaría el Espíritu Santo para guiarlos (Juan 14:16-17). Él les haría recordar las palabras de Jesús (14:26), testificaría con ellos (15:26-27) y los guiaría a «toda la verdad» (16:6-14). Aunque Jesús ya no estaría presente físicamente con ellos, no los dejaría abandonados en el mundo (14:18). En un sentido muy real, estaría con ellos en todos sus esfuerzos (Mateo 28:20) y sufrimientos (2 Timoteo 4:16-18). Jesús sabía que no estaría solo incluso en la cruz (Juan 16:32). Nosotros tampoco estamos solos en este mundo impío.

En tiempos difíciles, es bueno saber que Cristo regresará por nosotros

Jesús prometió esto a Sus discípulos en ese día triste (Juan 14:3). Aunque algunos se burlan de esta idea (2 Pedro 3:3-4), Pedro, quien escuchó directamente las palabras de Jesús, hizo recordar que el regreso de Jesús es seguro (vs. 10). Cuando el Señor regrese, reunirá con Él a todos Sus santos (1 Tesalonicenses 4:13-18). Además, Él aseguró de que hay lugar para todos en la casa de Su Padre (Juan 14:2), lo cual es un buen incentivo para que también invitemos a otros.

En tiempos difíciles, es bueno saber que este mundo no es nuestro hogar

Parece que los problemas y las aflicciones de este mundo tienen el propósito de hacernos ansiar el cielo (2 Corintios 5:1-4). Como los patriarcas (Hebreos 11:9-10), somos solamente peregrinos que nos dirigimos a un mejor hogar, lo cual este mundo no puede ofrecer (vs. 16). La patria que esperamos está libre de lágrimas y dolor (Apocalipsis 21:4), y allí toda oscuridad es desvanecida por el resplandor del rostro de Dios (22:5). Pero el único camino a ese hogar eterno es seguir a Jesús (Juan 14:4-6).

Si su vida está llena de dolor, piense en lo que hubiera estado en las mentes de los once hombres que escuchaban a Jesús en tal ocasión. Sin importar lo que esté enfrentando en el mundo, reciba consuelo con las palabras de Jesús: «confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).