El trabajo del dolor

Resumen

El «proceso» de superar el dolor frecuentemente es el «trabajo» más difícil que jamás realizaremos. ¡Es trabajo real!

En la década de 1960, cuando yo era solamente un niño, mi tía (Ruby Shipman) murió de cáncer. Ella era una mujer piadosa a quien era fácil amar. Mi madre me llevó a su cuarto de hospital antes que ella muriera, y nuestra familia fue al servicio funeral en la iglesia de Cristo de la Calle Macon en Memphis, Tennessee. Ese fue el primer funeral al que recuerdo que asistí. Todavía recuerdo muchas cosas en cuanto a ese día. ¡Los funerales tampoco son fáciles de sobrellevar para los niños! Así que, ¿cómo puede lidiar con la pérdida de un ser querido?

El dolor no es un evento, sino un proceso. Frecuentemente solemos pensar que es un evento singular en la vida—experimentamos una pérdida, y entonces la superamos. Sin embargo, experimentar la pérdida de alguien cercano involucra mucho más. Lo cierto es que no «superamos» la pérdida de un ser querido; simplemente aprendemos a aceptar la pérdida y a vivir sin tal persona. Si tenemos en cuenta este principio y lo aceptamos, entonces seremos más capaces de lidiar con nuestro dolor, podremos ayudar mejor a otros, y sabremos qué esperar cuando experimentemos pérdidas futuras.

El «proceso» del dolor frecuentemente es el «trabajo» más difícil que jamás realizaremos, y con mucha razón. ¡Es trabajo real! Nosotros hemos invertido mucho, física, emocional e incluso espiritualmente con aquellos a quienes amamos. Ya que este es el caso, debemos esperar experimentar dolor cuando perdamos a un ser querido. Tal dolor es el reflejo de la relación cercana que hemos tenido con tal persona. Sabiendo esto, ¿cuáles son algunas cosas que podemos hacer para ayudarnos en el proceso del dolor? Aquí hay algunas sugerencias de una sola palabra que nos ayudarán a recordar qué hacer.

  1. Ojos. Mire las fotos. Todos somos personas visuales en diferentes grados. El recuerdo e incluso las lágrimas cuando se ven los «recordatorios» de quienes amamos pueden ayudarnos de gran manera a aprender a vivir con el dolor (Génesis 50:10).

  2. Boca. Hable en cuanto a su pérdida y sus preocupaciones con alguien que lo escuche. No esconda sus sentimientos. En cambio, hable libremente de las cosas que afectan su mente. Frecuentemente es útil buscar a alguien que también haya pasado por lo que estamos pasando ya que tal persona puede identificarse con nuestro dolor. La experiencia produce comprensión. Todos necesitamos a un grupo de apoyo. Nuestros hermanos en Cristo son tal grupo; ¡búsquelos (1 Corintios 12:25)!

  3. Manos. Haga algo productivo. Aunque necesitamos tiempo para el dolor, incluso regularmente, también necesitamos «hacer» algo y ocupar la mente y el cuerpo. Sea productivo, ayude a otros y siéntase bien en el proceso (Eclesiastés 9:10).

  4. Rodillas. Póngase de rodillas y ore a Dios por ayuda. ¡Nadie puede ayudarnos como Él puede hacerlo! No solamente hable con Él, sino también escúchelo a través de Su Palabra. Hay muchos pasajes útiles en cuanto al dolor. Dios ha preparado tales pasajes para nosotros desde la antigüedad (1 Pedro 3:12).

  5. Pies. Continúe caminando, moviéndose y desarrollando una rutina diaria saludable. Aunque debemos lidiar con nuestra pérdida y tomar tiempo para el dolor, también es muy beneficioso evitar la reclusión al involucrarse en las vidas de otros y los proyectos fuera de su hogar (2 Samuel 12:16-20).

Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz (Números 6:24-26).