El Rey que nació en un establo

Resumen

No hubo lugar para Jesús en el mesón, pero el este Rey humilde que nació en un establo terminó gobernando al mundo entero.

Jehová tuvo cuatro mil años para planear la entrada de Su Hijo al mundo. Él fijó el escenario mundial para Su llegada (Daniel 2:44; Gálatas 4:4). Escogió la raza (la simiente de Abraham), la nacionalidad (israelita) y los antepasados (e. g., el rey David) de Jesús (Mateo 1:1). Escogió a la madre (María) y el lugar de nacimiento (Belén) de Jesús (Lucas 1:26-27; Miqueas 5:2). Incluso planeó el primer viaje (a Egipto) de Jesús (Mateo 2:13-15).

Sin embargo, escogió un «establo» humilde para Su nacimiento.

El Padre de Jesús no estaba limitado por la pobreza, la incapacidad o las circunstancias. De Él son «los millares de animales en los collados» (Salmos 50:10-12), incluso toda la tierra y la plenitud de todo (Salmos 24:1). Él es completamente sabio y omnisciente (1 Timoteo 1:17), y por ende no puede olvidar nada. Es omnipotente (Génesis 18:14). Podía haber hecho que Jesús tuviera el mejor doctor, la mejor atención médica y el mejor cuarto de hospital que el mundo pudiera ofrecer.

Pero Él ni siquiera hizo arreglos para tener una partera presente.

Ciertamente Jesús merecía lo mejor (Colosenses 1:18). Ya que nuestra salvación estaba en peligro, nosotros no nos hubiéramos arriesgado a que hubiera habido alguna complicación, infección o enfermedad en Su nacimiento.

Sin embargo, el Rey Jesús nació en un establo.

¿Quién hubiera predicho esto? ¿Qué palabras pudieran explicar esto? Aunque superficialmente parece que el nacimiento de Jesús fue algo casual, la investigación más profunda muestra cuán meticuloso fue Dios en cada detalle.

El Cordero de Dios nació en un establo

Fue apropiado que «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29), naciera en un establo. ¡Quién sabe cuántas corderas habían dado a luz en ese mismo establo en que Jesús nació! La ciudad de Belén había existido al menos desde el tiempo de Raquel (Génesis 35:19), y había sido ocupada por pastores por más de mil años, incluso antes del tiempo de David (1 Samuel 16); pero nunca hubo un cordero como Jesús en ese lugar.

La pregunta de Isaac, «¿dónde está el cordero […]?» (Génesis 22:7-8), había sido repetida por siglos mientras la humanidad esperaba a un Salvador. Isaías había profetizado en cuanto al Cordero, intensificando las expectativas. En Su mente, y antes de la fundación del mundo, Dios ya sabía que ese Cordero precioso debía ser sacrificado (1 Pedro 1:19-20), pero, en el nacimiento del Cordero, el cumplimiento solo estaba comenzando.

¿Cómo es que Jesús llegó a nacer en un establo? No era común que una mujer diera a luz en un establo, así como no lo es común hoy. Sin duda, esto sucedió porque Dios quería que sucediera. En tal tiempo en el Imperio romano, se mandó que la gente fuera registrada. En el caso de los judíos, esto significaba regresar a sus tierras natales y tribus originales (Lucas 2:1-3). Así que miles de judíos viajaron, y los de la familia de David fueron a Belén.

Es probable que José hubiera caminado, mientras que María, quien tenía nueve meses de embarazo, hubiera viajado montando en un asno. Ya que María estaba a punto de dar a luz (Lucas 2:5), entonces ellos hubieran viajado lentamente. Ella hubiera sentido cada aspereza, agujero y roca en el camino. Bajo circunstancias normales, este hubiera sido un viaje difícil de ochenta y cinco millas que hubiera tomado tres días, pero en este caso hubiera tomado algo de cinco a seis días.

Así que tiene sentido que, para el tiempo que llegaron, la aldea pequeña de Belén ya no tenía lugar de hospedaje. Podemos imaginar que se le dijo a José: «Todo lo que nos queda es un espacio donde guardamos a los animales». Tal vez José miró a María, quien en tal momento sentía el dolor de una contracción, y dijo sin dudar: «Tomaremos el espacio».

Ningún caballero intervino y dijo: «Ustedes pueden tener nuestro cuarto; ustedes lo necesitan más que yo». Imagine si una de las hijas del rey David hubiera estado a punto de dar a luz, ¿hubiera ella sido enviada a un establo? Pero esta hija de David no tenía amigo que la ayudara en su aflicción. Aun así, hubiera sido un alivio para María descansar finalmente después de tal viaje.

Los relatos del Evangelio no dicen si había animales allí o no, pero en tal sociedad los animales nunca estaban lejos. Aunque usualmente decimos que Jesús nació en un «establo», la Biblia no dice si el pesebre estaba en un establo o cueva. Pero parece que Jesús nació en un lugar donde se guardaba animales. Imagine:[1]

  • ¿Cómo hubiera olido?

  • ¿Qué sonidos se hubieran escuchado mientras María daba a luz a Jesús?

  • ¿Cuán incómodo hubiera sido sin una cama, un sofá, una mesa y una silla?

  • ¿Cuán privado hubiera sido con todos los visitantes de tal lugar?

  • ¿Cuán sanitario hubiera sido con los desechos de animales y las moscas en tal lugar?

Por no decir más, era un lugar perturbador para una mujer que da a luz a un bebé. Pero José y María se ajustaron a las circunstancias. Tal vez colgaron una cortina en la puerta y ataron a su cabalgadura fuera para bloquear la entrada y así tener algo de privacidad.

¿Por qué Dios organizó un plan como ese? El nacimiento de Jesús en un establo muestra Su humildad (cf. Hechos 8:33). Él dejó Su gloria y tomó la forma de siervo (Filipenses 2:7-8). Isaías profetizó que Él sería «como raíz de tierra seca», sin «parecer en él, ni hermosura» (53:2-3).

El pesebre y la cruz son símbolos similares del comienzo y el final de la vida terrenal de Jesús. ¿Hubiera sido apropiado que un Hombre que murió despojado de Sus ropas en la cruz naciera en un palacio? ¿Hubiera sido apropiado que un Hombre que fue sepultado en una tumba prestada naciera en otro lugar que en un establo prestado?

Esto ilustra que Él no sería la clase de Rey que excluiría a los humildes, pobres y rechazados (Mateo 11:5; 19:21; 26:9, 11). Los grandes comandantes han ganado la lealtad de sus soldados al dormir en el mismo campo y comer el mismo alimento que ellos. Jesús hizo esto. La gente común pudo entender que Él no sería un tirano como Herodes o César.

Jesús nació en un establo para que recordara a los pobres. También rechazó la gloria mundana en Sus enseñanzas. Su nacimiento humilde en un establo muestra la humildad del Cordero de Dios.

El Verbo eterno tuvo un nacimiento

¿Cómo fue posible que Aquel Cuyas «salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad» (Miqueas 5:2), tuviera un comienzo? No se puede concebir el nacimiento de un Dios eterno; la Encarnación es indescriptible (Juan 1:14). Por una parte, el nacimiento de Jesús fue como el nacimiento de cualquier otro bebé; pero, por otra parte, se puede decir que Dios mismo entró en el mundo que hizo.

Su presencia causa que nos hagamos preguntas profundas:[2]

  • ¿Cómo es posible que Aquel que llena el mundo sea un bebé tan pequeño?

  • ¿Cómo es posible que el Creador de los seres humanos sea hecho dentro de un ser humano, que el Creador fuera creado en la matriz de una mujer judía joven?

  • ¿Cómo es posible que Dios llegue a ser hombre?

  • ¿Cómo es posible que el Omnipotente esté limitado al cordón umbilical de una joven judía?

  • ¿Cómo es posible que el que sostiene el mundo deba ser sostenido por la leche materna de una joven?

  • ¿Cómo es posible que los ojos que ven todo ahora se esfuercen por ver lo que sucede en un cuarto?

  • ¿Cómo es posible que las manos que formaron el Himalaya, los Alpes y los Apalaches ahora solamente puedan sostener el dedo de María?

El nacimiento humilde de Jesús nos hace sentir agradecidos (2 Corintios 9:15).

El que vino del cielo llegó cuando Sus padres estaban lejos de su hogar

Los padres terrenales de Jesús estuvieron lejos de su hogar cuando llegó el tiempo de Su nacimiento. Ellos tenían familiares que vivían en Belén —de hecho, todos allí en tal tiempo tenían cierto parentesco con ellos—, pero ningún familiar estuvo dispuesto a hospedarlos. Jesús, Quien recientemente había llegado del cielo, tuvo que hospedarse en un establo (Filipenses 2:5-11; 2 Corintios 8:9).

El «mesón» no era necesariamente como nuestros hoteles; simplemente era un lugar de descanso para los viajeros. El caravasar típico oriental era un área con paredes y un pozo donde los viajeros podían acampar. Un mesón palestino más grande tenía cuartos pequeños alrededor de un patio o una estructura de dos pisos que miraba a un patio. En tales lugares, la gente podía rentar un cuarto (cf. Lucas 10:34; 22:11) y poner sus animales debajo o cerca.

Ya que Jesús nació lejos de Su hogar, mostró que vino al mundo como peregrino. Durante Su ministerio personal, Jesús dijo que «el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza» (Lucas 9:58). Jesús enseñó que nosotros somos solamente viajeros. Este mundo no es nuestro hogar; solamente estamos de viaje (Hebreos 13:14). Estamos de camino en un viaje de toda la vida. Cada noche acampamos más cerca de nuestro hogar.

Así como el caravasar era gratis para los viajeros, Jesús da la bienvenida gratuita a los que acuden a Él (Isaías 55:1). La salvación es gratuita: un regalo (Romanos 6:23).

Jesús nos da a Alguien a Quien seguir.

El Verbo eterno no podía hablar

El lenguaje del Verbo divino estuvo reducido a unos pocos sonidos incomprensibles. ¿Cómo es posible que Aquel que conocía todas las palabras y verbos no pudiera pronunciar ninguno de ellos?

La omnipotencia llegó a ser vulnerable. Él estuvo a la merced de los mortales para que Lo alimentaran, protegieran y criaran.

Ya que estuvo dispuesto a pagar tal precio, Jesús nos da algo por lo cual estar agradecidos (2 Corintios 9:15).

El Pan de vida fue puesto en un pesebre

Moisés fue colocado en una canasta de juncos; Jesús fue colocado en un pesebre para vacas (un comedero hecho de madera o piedra). Este hubiera sido el lugar más seguro para poner a un bebé en un establo. Esto evitaría que un animal lo pisara, hubiera sido el lugar más limpio, y hubiera evitado que el bebé cayera.

¡Cuán apropiado que el Pan de vida (Juan 6:35) fuera puesto en un comedero! Se invita a toda la humanidad a comer de este pesebre (Juan 6:33-58). Jesús satisface el hambre del hombre por la verdad, la salvación, el propósito y la esperanza. Además, ya que Jesús es el Agua de vida (Juan 7:37), satisface nuestra hambre y sed (Juan 4:13-14). Él provee sostenimiento y refrigerio.

Para hallar satisfacción, debemos «comer» y «beber». Hay dos apetitos que compiten por nuestra atención. Juan 6:27 indica que hay dos clases de «alimento»: uno que perece, y otro que permanece. El alimento que comemos rápidamente perece, aun con los beneficios de los conservantes. No puede satisfacer por mucho tiempo, sino que pronto tenemos hambre y sed nuevamente (cf. Juan 4:13).

El que sería envuelto en lienzos en la muerte, fue envuelto en pañales en Su nacimiento

La frase «envuelto en pañales» (Lucas 2:12) viene de un término que significa «rasgar» o «arrancar», y hace referencia a la práctica de envolver a los recién nacidos con vendas para abrigarlos, protegerlos y aquietar sus brazos y piernas (cf. Ezequiel 16:4; Job 38:9).

Al comienzo de Su vida, como al final (Juan 19:40), el cuerpo de Jesús fue envuelto. En ambos casos, no fue envuelto por mucho tiempo. Él salió de la tumba el domingo en la mañana, dejando tales lienzos como evidencia de la resurrección (Juan 20:5-7).

Jesús nació para morir. La sombra de la cruz se extendió hasta ese pesebre. No hubo lugar para Él en el mesón, sino que tuvo que nacer en un establo y ser acurrucado en un pesebre. Sin embargo, los ángeles proclamaron Su nacimiento desde el cielo. El Rey que nació en un establo terminó gobernando al mundo.

[1] Los siguientes puntos son adaptados de Ken Gire, Momentos con el Salvador [Moments with the Savior] (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1998).

[2] Puntos de Gire, Momentos.