Autoridad incómoda

Resumen

Dios requiere que nos sometamos a Su autoridad. Esto puede ser incómodo, pero es necesario para el bienestar espiritual.

En 2 Samuel 23:3, justo después de que el rey David declarara que el Espíritu Santo había puesto Su Palabra en la lengua de él (vs. 2), hizo referencia a la siguiente declaración de Dios: «Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios».

Vivimos en un mundo que detesta la autoridad. Hemos llegado a desconfiar de todos, y no queremos someternos a nadie. ¿Qué tienen en común las personas como Bill Cosby, Lance Armstrong y Joe Paterno? Ellos fueron líderes culturales hasta que nos dimos cuenta de que no tenían autoridad moral para guiar. Así que puede ser difícil para nosotros desear someternos a la autoridad. Algunos pueden pensar: «¡Nadie tiene el derecho de decirme cómo debo vivir!».

Pero ¿por qué es tan importante someterse a la autoridad de Dios? En vez de querer inmiscuirme en asuntos ajenos, quiero ayudarlo a entender la autoridad de Dios. Dios es el «autor» en la palabra «autoridad» (Efesios 1:21). Alguien ha dicho que el orgullo es la raíz de todos los demás pecados. Primera de Timoteo 3:6 puede sugerir que este fue el pecado de Satanás—no conformarse con «su propia morada» (Judas 6). Nuestros jóvenes quieren tener un estilo cultural diferente, pero ¿qué puede ser más diferente que someterse a la autoridad de Jesucristo?

Las denominaciones han crecido rápidamente ya que, habiendo el hombre dejado las cadenas esclavizadoras del catolicismo, ahora ha tomado el extremo opuesto para darse la libertad de interpretar la Biblia de la manera que quiere. Pero la Biblia es la Palabra de Dios (1 Corintios 2:12-13; 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:20-21), y nosotros debemos someternos a la autoridad de Cristo a través de Su Palabra escrita. Esta es la fuente de Sus mandamientos (1 Corintios 14:37). Nosotros no tenemos el derecho de adaptar las Escrituras para hacerlas calzar con nuestra propia voluntad, sino que es nuestra obligación cambiar nuestra voluntad para hacerla calzar con los Escrituras.

Entre los mandamientos de las Escrituras está el requerimiento de obedecer a los líderes en la iglesia (Hebreos 13:17). En una congregación completamente organizada, esto hace referencia a los que ejercen el ancianado en la iglesia (los ancianos, obispos o pastores—1 Pedro 5:1-4). Tales hombres no tienen el derecho de mandar lo que Dios no ha mandado para la congregación local, sino que su autoridad es para imponer la voluntad de Dios y decretar en asuntos de opinión y conveniencia. Ellos también tienen la autoridad y obligación de implementar la disciplina de la iglesia.

Todos reconocemos que no podemos vivir sin autoridad en otras áreas. Por ejemplo, debemos obedecer las reglas de tránsito, no simplemente para evitar las multas, sino por el bien de los demás. De comienzo a fin, Dios advierte en Su Palabra que debemos someternos a Su autoridad y seguir Sus reglas. Esto es el algo muy incómodo para la mente moderna, pero es necesario para el bienestar espiritual.