Una buena medicina para la memoria

Dos parejas ancianas se reunieron en un restaurante para tomar desayuno y conversar. Las mujeres decidieron sentarse en mesas separadas para hablar «cosas de mujeres». Los dos hombres comenzaron a hablar en una mesa cercana. Uno de ellos dijo: «Estoy tomando una medicina para la memoria que es muy buena». El otro le preguntó: «¿Cuál es el nombre de la medicina?». El hombre se quedó pensando por un momento y luego dijo: «¿Cuál es el nombre de esa flor que tiene un tallo largo, pétalos rojos y espinas?». Su amigo respondió: «¿Rosa?». El hombre dijo con entusiasmo: «¡Sí, esa es la flor!». Luego volteó a la mesa de las mujeres y llamó a su esposa: «¡Rosa! ¿Cuál es el nombre de la medicina para la memoria que estoy tomando?».