Las lámparas de la iglesia

Varios siglos atrás en cierta villa en Europa, un hombre noble se preguntaba qué herencia podía dejar a su pueblo natal. Finalmente, decidió construirles un edificio de reunión para la iglesia.

Se mantuvo en secreto los planes de construcción hasta que todo se hubo terminado. Cuando la gente se reunió para la inauguración, se asombró de la belleza del edificio. Después de muchos elogios del pueblo, un observador preguntó: «Pero ¿dónde están las lámparas? ¿Cómo se iluminará el lugar?».

El hombre noble no respondió nada, sino que señaló las repisas en cada fila de bancas, y entonces dio a cada familia una lámpara que debía llevar a cada servicio de la iglesia para colocarla en su repisa respectiva. Luego explicó: «Cada vez que estén aquí, el área donde se sienten estará iluminado. Cuando no estén aquí, el área estará oscuro. Si no vienen a la reunión, una aparte de la casa de Dios estará en tinieblas».