La Violación en Citas: Un Caso de Estudio Bíblico

La violación es un crimen que se comete a un índice atroz en los Estados Unidos. Las estadísticas son alarmantes para cada padre de una adolescente o joven universitaria, son espantosas para cada mujer y son indignantes para cada hombre decente. En los Estados Unidos,

  • 1,872 mujeres son violadas cada día.
  • Una de cada tres mujeres es atacada en su vida.
  • Adicionalmente, una de cada cuatro mujeres encuestadas fue tocada sexualmente contra su voluntad o fue víctima de coerción sexual.
  • Una de cada cuatro jóvenes será víctima de violación o intento de violación antes de los 25 años.
  • El 40% de violaciones ocurre antes que la mujer tenga 18 años (algunos dicen el 60%—tres de cada cinco mujeres), y el 15% es menor de 12 años (Greenfield, 1997).

UN ENFOQUE GENERAL: LA VIOLACIÓN EN LA BIBLIA

La palabra “violación” (chazak) significa, “asir, obligar, dominar, conquistar o forzar”. La violación no es un crimen nuevo; desafortunadamente, se remonta tan temprano como al primer libro de la Biblia (Génesis 19:33-35). Los hombres de Gabaa violaron en grupo a una mujer (“abusaron de ella toda la noche hasta la mañana”) hasta que ella murió (Jueces 19:25; 20:5). Esta violación casi causó que las otras tribus exterminaran completamente a la tribu de Benjamín (Jueces 19:22-20:35). El hijo de David, Amnón, violó a su media hermana, Tamar (2 Samuel 13:11-16). El hermano de Tamar, Absalón, vengó tal violación al matar a Amnón (2 Samuel 13:22-33). Las esposas de los cautivos fueron violadas (Isaías 13:16; Lamentaciones 5:11; Zacarías 14:2). Pablo dijo que ningún estafador heredará el reino de Dios (1 Corintios 6:10). La palabra “estafador” aquí significa “violadores de vírgenes, o saqueadores de la fortuna del hombre en una manera abierta o por la fuerza” (Gill, s.d.).

La Ley de Moisés tenía variaciones de castigos en cuanto a los casos de violación—sea forzada o no. En algunos casos conllevaba la pena de muerte. Por ejemplo, en el caso de una mujer comprometida, que consentía a la violación y que estaba dentro de una ciudad, la Ley decía:

Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti (Deuteronomio 22:23-24).

En el caso de una violación forzada, fuera de la ciudad, la Ley decía:

Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; mas a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase (Deuteronomio 22:25-27).

En el caso de una joven virgen que consentía a la violación, leemos:

Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días (Deuteronomio 22:28-29).

UN CASO DE ESTUDIO: AMNÓN Y TAMAR

En el caso de la violación a Tamar en manos de Amnón (2 Samuel 13:11-16), aprendemos algunas lecciones valiosas.

Frecuentemente la violación sucede en familias no completamente biológicas.

Tamar era media hermana de Amnón. Ellos tenían el mismo padre (David), pero no la misma madre. La violación en este caso todavía es detestable, pero frecuentemente vemos cosas similares en este tipo de familias. Los padrastros o novios de las madres cometen muchas violaciones. Los adolescentes del lado del padre algunas veces violan a las hijas adolescentes del matrimonio previo de la madre. Si se siguiera el patrón de Dios para la familia—un hombre para una mujer hasta que la muerte los separe (Mateo 19:4-6; Romanos 7:1-4)—entonces los hijos serían protegidos de este tipo común de abuso. En el caso de este tipo de familias, se debe tomar pasos de precaución para evitar que el corazón tenga deseos inapropiados y para proteger a los inocentes.

Frecuentemente las violaciones son bien planeadas e incitadas por compañeros.

La violación de Tamar no fue una acción repentina. Se la planeó cuidadosamente y se la realizó despiadadamente. Muchas violaciones son igualmente premeditadas, desarrolladas cruelmente e implementadas despiadadamente. Los jóvenes universitarios en las casas de confraternidades piensan en cuanto a lo que harán a las jovencitas nuevas que llegan a la fiesta de confraternidad el jueves en la noche. Ellos compran el alcohol y arreglan los cuartos. Las jóvenes llegan, y ellos se saludan, se mezclan y se conocen. Mientras tanto, esos jóvenes llenan los vasos de cerveza o algo incluso más fuerte. En algunos casos, las drogas se introducen mientras las luces se hacen más tenues. Luego ellos escogen a sus víctimas y las llevan a un cuarto u otro departamento.

Las víctimas de violación deben entender que no se puede prevenir todas las violaciones en citas. La mayoría de atacantes planea las violaciones con mucho tiempo, y esos agresores generalmente tienen un historial largo que incluye principalmente forzar a las mujeres a tener relaciones sexuales. Una mujer también puede no sentir sospecha, ya que puede haber pasado mucho tiempo con él, haber aprendido a confiar en él, y no siente que se encuentra en una posición vulnerable. En todo caso, si la violación en una cita ocurre, no es la culpa de la víctima. Aunque la víctima puede haberse involucrado en comportamientos que puedan incrementar la vulnerabilidad, no se debe culpar a ella si la violación ocurre (Coombs y Oelschlager, s.d.).

La violación ocurre a pesar de la objeción y razones de la joven.

Tamar dijo a Amnón:

No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti (2 Samuel 13:12-13).

Ella trató de razonar con él, hacer que él tuviera compasión de ella o que le respetara. Pero él no oyó nada de esto. Él sabía que Jonadab preguntaría acerca de su conquista. Su corazón impío estaba aferrado a ese deseo, y ninguna cantidad de lágrimas o palabras le privaría de su satisfacción. Así que “él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella” (2 Samuel 13:14).

¿Cuántas jóvenes han repetido esa escena desde que David se sentó en el trono de Israel? Ellas rogaron, hablaron, amenazaron, lloraron y gritaron, pero el “saco de adrenalina y deseo” no quiso oír.

La violación en citas genera emociones fuertes y frecuentemente destruye la relación.

El joven que viola en la cita piensa que todo ha terminado después que la deja en su dormitorio o en frente de su casa, pero él no está listo para las llamadas telefónicas sin contestar, las miradas frías y el rostro enojado. Él no piensa en la amargura, ni anticipa el resultado de su acto. Las cosas no son las mismas después de la violación.

Además, su propia culpabilidad puede ser una pared entre ellos. Él puede llegar a odiarse a sí mismo, o debido a algún pensamiento torcido puede culpar a ella por lo que él hizo. “Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado” (2 Samuel 13:15). Amnón odió a Tamar después que la violó. ¿Tiene esto algún sentido?

Cuando el acto es realizado, el perpetrador puede perder el interés en la víctima y actuar como si nada hubiera pasado. “Y le dijo Amnón: Levántate, y vete” (2 Samuel 13:15). La víctima es dejada para lidiar con las consecuencias. Tamar dijo a Amnón: “No hay razón; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho” (2 Samuel 13:16). Pero él no la escuchó.

Hoy las víctimas de violación también experimentan esta pérdida. Por ejemplo, “Alissa” escribió:

Tú vienes y vas;
Nada cambia para ti.
Tú solo te sentiste bien,
Pero en cuanto a mí, mi vida no es la misma.
Yo no puedo confiar,
No puedo pensar.
Ya no puedo ser la misma.

“Bethany”, otra víctima de violación, escribió: “Tu toque me causa dolor; no puedo sentir amor, ya que esa noche me atemorizó por toda la vida, solamente por 10 minutos de placer”.

CONCLUSIÓN

Memoriza y practica las cuatro técnicas que pueden protegerte de la violación:

  1. Reconoce las situaciones que te colocan en el peligro de cometer violación o ser una víctima de violación.
  2. Evita y controla los conflictos con las citas y/o con los amigos.
  3. Percibe claramente lo que otros están haciendo.
  4. Establece y comunica tus deseos y límites en cuanto al sexo y tus metas de esperar hasta el matrimonio.

Referencias

Coombs, Robyn y James Oelschlager (sine data), “Protégete: Conoce los Hechos en cuanto a la Violación en Citas: [Protect Yourself: Know the Facts about Date Rape”], Instituto Tecnológico de Florida, http://www.fit.edu/caps/documents/rape.pdf.

Gill, John (sine data), Exposición sobre la Biblia Completa de John Gill [John Gill’s Exposition of the Entire Bible], sobre 1 Corintios 6:10 (E-Sword).

Greenfield, L.A. (1997), “Ofensas y Ofensores Sexuales: Un Análisis de Información sobre la Violación y el Ataque Sexual” [“Sex Offenses and Offenders: An Analysis of Data on Rape and Sexual Assault”], Departamento de Justicia de los Estados Unidos, reporte #NCJ-163392.