El Pacto Familiar

Según el Diccionario Encarta, un pacto es “un acuerdo hecho entre dos o más grupos o personas, sea formal o informalmente, para hacer algo juntos o por el otro” (“Pacto”, 2001, p. 1042). Este acuerdo fija responsabilidades para cada parte. Nuestras familias son tan importantes que todos los padres deberían hacer un pacto entre ellos para fomentar ánimo y responsabilidad en la crianza de sus hijos. El siguiente pacto de los padres identifica cuatro necesidades para el cuidado y la disciplina de los hijos.

El pacto familiar comienza con la presencia de los padres. Se pudiera pensar que no sería necesario hablar de la presencia de los padres en la vida de sus hijos. Sin embargo, hay muchos jovencitos que no pasan suficiente tiempo con sus padres como quisieran o como necesitan.

La presencia de los padres en la vida de sus hijos provee la paz que ellos necesitan. Todos los padres hemos visto la mirada preocupada de un hijo cuando no puede encontrarnos, ¡y luego hemos visto que su rostro se llena de gozo cuando nos ve nuevamente! ¿Y quién de nosotros no ha oído el grito en la noche desde el cuarto de uno de nuestros hijos ya que algo le ha asustado? Nuestra presencia produjo paz inmediata.

Dios conoce el poder que la presencia tiene de producir paz. Cuando liberó a los israelitas de la esclavitud egipcia, les mostró Su presencia continua. “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche” (Éxodo 13:21). Luego les prometió: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Éxodo 33:14).

La segunda parte del pacto familiar es la atención. Esto es solamente posible si está presente, ya que la atención viene de la presencia. Los recién nacidos muestran los beneficios más grandes de la atención de sus padres. Ellos crecen en proporción directa a la atención que sus padres les brindan; tienen menos complicaciones médicas, y muestran mejor índice de crecimiento y aumento de peso.

Todos los padres sabemos que los niños ansían atención. Solamente trate de sentarse a leer el periódico cuando hay niños corriendo en casa. Esto es casi imposible ya que ellos interrumpen frecuentemente solo para mostrarle algo. También se sabe que los niños realizan berrinches solamente para recibir algo de atención.

Los niños quieren la atención de sus padres ya que esto produce aceptación. El Señor conocía la importancia de dar atención a Sus hijos—los hijos de Israel. Él dijo: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar” (2 Crónicas 7:14-15). Él sabía que ellos querrían Su atención, y Él les dijo cómo podían obtenerla. Él todavía nos da la atención necesaria hoy. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).

La siguiente parte de este pacto es la cercanía. Si damos atención a nuestros hijos, desarrollaremos una relación cercana con ellos. Los investigadores de la Universidad de Iowa evaluaron la relación de 102 niños (de 15 meses) con un padre, e hicieron un seguimiento con 86 de ellos cuando llegaron a tener ocho años. Su reporte de 2012 descubrió que los “niños que tienen una relación íntima y cercana con un padre tienen menos probabilidad de desarrollar carácter problemático o agresivo, o experimentar otros problemas emocionales y de comportamiento cuando llegan a la edad escolar” (Lewis, 2012).

¿Cuántas veces ha escuchado entrevistas con personas en prisión que describen su vida y hablan de sus padres ausentes? La gente en las cárceles puede trazar sus problemas a algún momento o momentos de falta de domino propio. Si sus padres se hubieran preocupado en desarrollar una relación cercana con ellos, tal vez muchos de ellos hubieran aprendido a controlarse mejor y hubieran evitado la prisión.

La cercanía fomenta el control. No es una coincidencia que en el tiempo en que el mundo entero había perdido el control y estaba haciendo lo que quería, había un hombre que todavía conservaba el control de sus acciones: Noé. La Biblia dice de él: “Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé” (Génesis 6:9). El resto de la humanidad había perdido el control a tal punto que Dios dijo: “He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra” (Génesis 6:13). La familia de Noé fue la única que se salvó del gran diluvio. El dominio propio de Noé en medio de un mundo salvaje fue el producto de su camino con Dios. Él gozaba de una cercanía con Dios que le ayudó a conservar el control de sí mismo.

La parte final de este pacto es la enseñanza. Los padres son los primeros maestros de un niño. Los niños aprenden explícitamente de sus padres cuando ellos toman el tiempo de enseñarles cosas específicas para sus vidas adultas futuras. También aprenden implícitamente de sus padres ya que les observan cercanamente incluso cuando los padres piensan que no lo hacen. Podemos pensar en las muchas veces que hemos sorprendido a nuestros hijos imitándonos ya que eso es lo que los niños hacen. Todo en cuanto al crecimiento se aprende a través del ejemplo de otros, y los padres deberían considerar muy seriamente la responsabilidad de enseñar a sus hijos.

El Señor prometió que enseñaría a Sus hijos: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmos 32:8). Salomón aprendió de su padre las palabras que escribiría para generaciones futuras: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6). La enseñanza exitosa surge de la cercanía que desarrolla confianza entre padres e hijos.

¿Hará este pacto con Dios para estar presente en la vida de sus hijos, para que así pueda darles la atención y desarrollar la cercanía que le permitirá enseñarles lo que necesitan? ¡El mundo necesita grandemente que honremos este pacto!

Referencia

Lewis, Richard (2012), “Cercanía Paternal = Hijo Estable y Feliz” [“Parental Bonding = Happy, Stable Child”], Iowa Now, https://now.uiowa.edu/2012/10/parental-bondinghappy-stable-child.

“Pacto” [“Pact”] (2001) Diccionario Universitario Encarta [Encarta College Dictionary] (Nueva York: Bloomsbury).