¡Mantenga Vivo el Fuego!

Lectura bíblica recomendada: Éxodo 3:1-5

Introducción

A. Para comenzar un fuego, se necesita combustible, oxígeno y calor.

B. Para apagar un fuego, solamente se necesita quitar una de estas cosas.

C. A Satanás le encantaría apagar el fuego de la iglesia, pero hay algunas cosas que podemos hacer para evitar que él tenga éxito.

Exposición

I. Para mantener el fuego encendido, debemos conservar el contacto con la fuente.

A. En el Antiguo Testamento, Dios era la fuente del fuego que ardía continuamente (Éxodo 3:1-5; Levítico 6:13).

B. Si perdemos contacto con la fuente, nuestro celo puede morir o llegar a enfriarse (Romanos 10:2; Apocalipsis 2:1-4; 3:14-19).

C. Conservamos nuestro acceso con Dios a través del estudio diligente y la oración (1 Pedro 3:12).

II. Para mantener el fuego encendido, debemos conservar el combustible y las llamas.

A. Hacemos esto al mantenernos activos en el servicio del Señor (2 Timoteo 3:16-17; Tito 2:14).

B. Hacemos esto al sostener las manos de otros (cf. Éxodo 17:12).

C. Hacemos esto al mantenernos lo más cerca de la iglesia que podamos (Hebreos 10:24-25).

Conclusión

A. Para mantener el fuego encendido, no debemos permitir que Satanás nos aleje de Dios, no debemos permitir que nos aleje de los demás, y no debemos permitir que nos convenza a aligerar el paso.

B. ¿Está determinado a mantener el fuego vivo en su vida?