La manera de balancear la vida espiritual y social

Resumen

En vez de tratar de balancear la vida espiritual con la social, incorpore lo espiritual en cada aspecto de su vida social.

— Lectura bíblica recomendada: Efesios 5:15-17

Introducción

I. El tiempo es nuestro recurso más precioso y limitado.

II. Nosotros no podemos crear más tiempo, ni podemos recuperar el tiempo perdido.

Exposición

I. Debemos escuchar el tictac del reloj.

A. La gente, especialmente la gente joven, suele actuar como si el tiempo en la tierra nunca llegará a terminar.

B. Cuando el tiempo pasa, la brevedad de la vida llega a ser más clara (Salmos 39:4-5; 90:10; Santiago 4:14).

C. Tal brevedad nos fuerza a tomar decisiones en cuanto a la manera de emplear el tiempo.

II. Debemos entender la prioridad de las cosas.

A. La sabiduría demanda que aprovechemos bien el tiempo (Efesios 5:16); es decir, que lo empleemos bien.

B. Esto demanda que demos prioridad a lo que es más importante, empleando nuestro tiempo de la manera que Dios desea (Juan 9:4).

C. Generalmente, esto se logra al:

1. Ocuparse en los negocios del Padre desde la juventud (Lucas 2:49).

2. Dar prioridad a las obras del Padre (Juan 9:4; cf. 4:34; 5:19).

3. Hacer tales obras para Su gloria (1 Corintios 10:31) y en Su nombre (Colosenses 3:17).

4. Amar a Dios y a la humanidad, teniendo nuestro amor por Dios como el fundamento de tal amor al prójimo (Mateo 22:34-40; Juan 14:15; 2 Corintios 5:14; 1 Juan 5:1-3).

5. Entender que esto es la razón por la cual Dios nos ha creado en Cristo (Efesios 2:10).

D. Específicamente con relación a nuestra familia, debemos:

1. Atender a nuestros cónyuges adecuadamente, especialmente en el aspecto de la salud espiritual (Efesios 5:22-31; Colosenses 3:18-19; 1 Corintios 7:1-5).

2. Instruir a nuestros hijos a considerar el servicio al Señor como su propósito principal en la vida (Efesios 6:1-4; Colosenses 3:20-21).

III. Debemos incorporar lo espiritual en la vida social.

A. Con lo anterior en mente, ahora pasemos a la pregunta: «En nuestra sociedad moderna, la cual es tal vez la más ocupada de todas, ¿cómo podemos balancear nuestras responsabilidades?

1. Primero, debemos distinguir la instrucción de la enseñanza (Efesios 6:4): la enseñanza imparte conocimiento de principios, mientras que la instrucción los demuestra.

2. Segundo, debemos darnos cuenta de que cada momento es un momento de enseñanza e instrucción, y que cada lugar es un aula de clase (Deuteronomio 6:4-9).

B. En vez de tratar de balancear la vida espiritual con la social, trate de incorporar lo espiritual en cada aspecto de su vida social.

Conclusión

I. Debemos evitar que las actividades seculares, incluso las que son buenas, nos priven del tiempo que debemos emplear en el servicio a Dios.

II. Las buenas noticias es que podemos llevar al Señor y a Su Palabra con nosotros dondequiera que vayamos.