La fe que no obra está muerta

Resumen

En su epístola inspirada, Santiago no estuvo hablando de la fe más las obras o la fe contra las obras, sino de la fe que obra.

— Lectura bíblica recomendada: Santiago 2:14-26

Introducción

I. La Reforma protestante rechazó la enseñanza católica romana de la salvación por medio de obras humanas de mérito.

II. La reacción de Martín Lutero finalmente fue una reacción extrema, y ahora la mayor parte del denominacionalismo cree que la fe subjetiva es el único requisito para la salvación.

III. Realmente, somos salvos por fe, pero no toda fe es la clase de fe que salva.

IV. Santiago 2:14-26 presenta tres clases de fe.

Exposición

I. La fe intelectual (vss. 14-17,26).

A. Esta fe está de acuerdo con los hechos del Evangelio, pero no produce ningún cambio de comportamiento.

B. Frecuentemente algunos creen en el Señor, pero no Lo obedecen debido al:

1. temor a la gente o la búsqueda de honra humana (Mateo 13:5-6,20-21; Juan 12:42-43; Gálatas 2:11-13).

2. amor de los placeres o la comodidad (Mateo 13:7,22; 19:16-22; 2 Timoteo 4:10).

II. La fe intelectual y emocional (vss. 18-20,26).

A. Esta fe está de acuerdo con los hechos del Evangelio y causa una respuesta emotiva, pero todavía no produce ningún cambio de comportamiento.

B. Esta clase de fe tiene un nivel más alto que la fe intelectual, pero no puede salvar a nadie ya que es comparable a la fe que los demonios poseen (cf. Mateo 8:28-34).

C. Por otra parte, la clase de fe que salva puede ser vista (Marcos 2:1-5).

III. La fe intelectual, emotiva y volitiva (vss. 20-26).

A. Según Santiago, las dos clases anteriores de fe están muertas.

B. La fe que salva incluye el intelecto, las emociones y la voluntad del creyente.

C. Santiago la describe como la cooperación de la fe y las obras (vs. 22).

1. «actuó juntamente con» viene del griego sunergeo, que significa «acompañar con poder y por ende ayudar».[1]

2. «se perfeccionó» viene del griego teleioo, que significa «llevar a cabo completamente, terminar, lograr, suplir lo que se carece para completar algo»[2] (cf. 2 Pedro 1:3-11).

Conclusión

I. Nadie puede hacer las suficientes obras buenas como para merecer su salvación (Efesios 2:8-9).

II. Sin embargo, la fe bíblica, la fe que salva, es consciente, emotiva y obediente (Juan 13:36; Romanos 1:5; 16:25-26; Hebreos 3:18-19; 4:2,6).

III. Edwin Jones dijo: «Esta no es la fe más las obras o la fe contra las obras, sino la fe que obra».

[1] Thayer, Henry (1977), Un léxico griego-inglés del Nuevo Testamento [A Greek-English lexicon of the New Testament] (Gran Rapids: MI: Baker), p. 603.

[2] Ibid., p. 618.