Juan 8: La Luz del Mundo

Resumen

El mundo de Juan 8 es un mundo oscuro, como el nuestro. En medio de tal tiniebla, Jesús dice: “Yo soy la luz del mundo”.

— Lectura bíblica recomendada: Juan 8:12

Introducción

I. El enunciado “Yo soy la luz del mundo” aparece solamente una vez en este capítulo (vs. 12), pero causa tal controversia que, para el final del capítulo (vs. 59), los judíos están listos a matar a nuestro Señor.

II. Este capítulo está lleno de grandes pecados:

A. Adulterio (vs. 3).

B. Hipocresía (vss. 6-9).

C. Incredulidad (vss. 13,37,45,47).

D. Odio (vs. 20).

E. Orgullo (vs. 33).

F. Mentira (vs. 55).

G. Blasfemia (vss. 48-52).

H. Homicidio (vss. 37,59).

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (vs. 12).

I. El mundo de Juan 8 es un mundo oscuro, como el nuestro. En medio de tal tiniebla, Jesús dice: “Mírenme; síganme. Yo soy la Luz que necesitan; sin Mí, están en tinieblas”. Si remueve a Jesús de Juan 8, habrá removido la única Luz del capítulo; solamente queda oscuridad completa.

II. Este gran enunciado muestra el gran amor de Jesús por ellos (“Otra vez Jesús les habló”, vs. 12) y por nosotros (Juan 20:30-31).

III. Este gran enunciado implica tres cosas:

A. Una declaración radical.

1. Es una declaración radical porque es una declaración exclusiva. Jesús es la Luz de una manera en que nadie puede serlo (cf. Juan 5:35 con Juan 1:6-9).

2. Es una declaración radical porque es una declaración divina. Jesús es la Luz ayer, es la Luz hoy, y es la Luz por siempre (vs. 58; cf. Hebreos 13:8; Éxodo 3:13-14). No hay ningunas tinieblas en Él (1 Juan 1:5).

3. Es una declaración radical porque es una declaración universal. Como el Sol es la luz universal para nuestro mundo físico completo, Jesús, “el Sol de justicia” (Malaquías 4:2), es la Luz verdadera que alumbra a todo hombre (Juan 1:9).

B. Un llamado radical.

1. Es un llamado radical porque es un llamado a seguir. No es simplemente un llamado a ver la Luz, entender la Luz, creer la Luz o incluso disfrutar la Luz, sino es un llamado a seguirla dondequiera que guíe (cf. Mateo 2:1-11).

2. Es un llamado radical porque es un llamado a no andar en tinieblas. Esta es la instrucción negativa para abandonar el pecado (Romanos 13:12; Efesios 5:11; 1 Juan 1:6).

3. Es un llamado radical porque es un llamado a andar en la luz. Esta es la instrucción positiva para andar como hijos de luz (Efesios 5:8; 1 Juan 1:7).

C. Una promesa radical.

1. Es una promesa radical porque es una promesa de luz. Se nos llama de las tinieblas a la luz admirable (1 Pedro 2:9), para tener comunión con la Luz divina (1 Juan 1:3) que provee luz doctrinal y práctica (2 Pedro 1:2-3; 2 Timoteo 3:16-17).

2. Es una promesa radical porque es una promesa de vida. Jesús es la Luz—la fuente de la vida (Juan 1:4), sea de esta vida física o la eterna (Apocalipsis 21:23; 22:5).

Conclusión

I.  “Yo soy la luz del mundo”; ¡qué enunciado tan grandioso!

II.  Este enunciado brinda un entendimiento perspicaz de la naturaleza de Jesús y lo que Él significa para el mundo.