Cristo, Nuestra Pascua

Lectura bíblica recomendada: Deuteronomio 16:16-17

Introducción

A. Bajo la Ley de Moisés, había tres fiestas cada año por las cuales se requería que todo varón israelita viajara al lugar donde Dios había puesto Su nombre.

B. Aunque hoy nosotros ya no conmemoramos la Pascua, conmemoramos el sufrimiento de Cristo, nuestro Cordero pascual (1 Corintios 5:7).

Exposición

I. Primero, consideremos la institución de la Pascua.

A. Se instituyó la Pascua en la víspera del éxodo de Egipto (Éxodo 12; Números 33:3).

B. Dios dio instrucciones detalladas en cuanto a la manera en que se debía observar la fiesta (Éxodo 12:11-22).

C. Los israelitas debían observar la Pascua durante sus generaciones (Éxodo 12:24-27; Números 9:1-5; Deuteronomio 16:5-7).

II. Ahora Cristo es nuestro Cordero pascual.

A. El cordero de la Pascua debía ser un macho de un año (Éxodo 12:5; cf. Lucas 1:31).

B. Así como Jesús, el cordero no debía tener defecto (Éxodo 12:5; cf. Hebreos 7:26; 9:13-14; 1 Pedro 1:18-19).

C. Nuestro Cordero pascual fue inmolado “desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8; cf. Génesis 3:15; Hechos 2:23).

III. ¿Cómo debemos observar la “Pascua” hoy?

A. Debemos observarla sin levadura (1 Corintios 5:6-8).

B. Debemos estar listos a “salir” en cualquier momento (1 Tesalonicenses 4:17).

C. Debemos observar la fiesta en el lugar que Dios ha designado (Deuteronomio 16:5-6; cf. Hechos 11:26; 20:7; 1 Corintios 11:20).

Conclusión

Si los que no observaban correctamente la Pascua en el tiempo de Moisés eran “cortados” (Éxodo 12:19), ¿cuál será el fin de aquellos que menosprecian las instrucciones de la “Pascua” instituida por el Hijo de Dios (Hebreos 10:29)?