“Todo No se Trata de Ustedes…o de Mí”

Los apelativos a generaciones no son nuevos. Por ejemplo, se habla de la generación de la Segunda Guerra Mundial. Se conoce a la última generación como “La Generación Yo”. Esta generación ha crecido abrigando la noción que el mundo literalmente da vueltas alrededor de su propia existencia. No me malentienda—generalmente ellos han tenido buenos ejemplos. Pero han nacido en un ambiente lleno de tecnología que se enfoca en satisfacer sus propios deseos. Entonces ahora tenemos una generación extremadamente narcisista que espera que se satisfaga todos sus gustos y deseos. ¿Qué dice la Biblia en cuanto a esta mentalidad?

Esto es lo que pienso enseñar a mis hijos—hijos que actualmente crecen en la Generación Yo:

Aunque les amo bastante, nunca se ha tratado, y nunca se tratará, solamente de ustedes. Esto no cambia mi amor por ustedes, pero nos ayuda a poner las cosas en una perspectiva adecuada. El mundo ha existido por mucho tiempo antes que ustedes y yo existiéramos. Y si es la voluntad de Dios, continuará existiendo por mucho tiempo después que nos hayamos ido. No se trata de ustedes. Simplemente, se trata de Él.

La actitud “Yo” ha llegado a ser una epidemia. Durante la vida, conocerán a mucha gente que cree que ellos son primero—que son el centro del mundo. Nunca olviden el hecho que la Biblia claramente enseña que toda rodilla se doblará ante Dios (Isaías 45:23), sin importar cuán ricos y famosos sean algunos. Esta misma idea se aplica a Jesús en Filipenses 2:9-11. ¡Será terrible mirar a Dios en ese Gran Día y saber que nuestras vidas se han centrado en nosotros mismos!

Santiago amonestó, “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará” (4:10). LaBiblia enseña que una de siete cosas que Dios aborrece es los ojos altivos (Proverbios 6:16-17). El escritor inspirado de Proverbios 3:34 proclamó que Dios resiste al altivo y da gracia al humilde. Es mi oración que crezcan hasta convertirse en siervos humildes de Dios. La humildad es una cualidad que deben cultivar en sus corazones. Siempre pregúntense cuál es la razón por la cual hacen algo.

Sin importar cuán grandes creamos que son nuestros logros, siempre habrá alguien que es más rico, más atractivo, más inteligente o más exitoso. Siempre habrá alguien que haya viajado más, construido algo más grande o acumulado más. Pero recuerden, estos son estándares mundanos de éxito. Si colocan toda su felicidad y paz en su propia imagen o en sus propios logros, entonces en el fondo vivirán una vida miserable. Miqueas 6:8 dice: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”. ¿Es este el mensaje que estamos enseñando a nuestros hijos?

Después de haber gustado cada cosa que el mundo tiene para ofrecer, Salomón declaró que “todo es vanidad” (Eclesiastés 1:2). Luego concluyó que la responsabilidad completa del hombre es: “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos” (Eclesiastés 12:13).

Por favor, asegúrense que la actitud “Yo” no infecte sus corazones. Asegúrense que esta actitud narcisista no entre a la iglesia. Nuestra adoración a Dios no se trata de nuestros deseos personales. Se trata de Él. Él es la audiencia de nuestra adoración y alabanza—no el hombre. Cuando busquen un esposo o una esposa, críen a sus hijos, busquen una congregación para adorar, recuerden Quién es realmente el centro de todo. Ya que sin Él, nada existiría.

Con amor, papá.