¿Puede una Persona Saber si Es Salva?

Resumen

Aunque decir “Sé que soy salvo” pueda sonar arrogante, la Biblia enseña que sí se puede tener confianza en la salvación.

Pregunta

“He escuchado decir que realmente ninguna persona puede hablar con seguridad en cuanto a su salvación, y que decir ‘Sé que soy salvo’ es un enunciado orgulloso que se debe evitar. ¿Qué dice la Biblia?”.

Respuesta

Aunque decir “Sé que soy salvo” pueda sonar arrogante, la Biblia enseña que sí se puede tener confianza en la salvación. El cristiano puede saber que le espera el cielo. Juan escribió: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:11-13). ¡Los cristianos pueden saber que tienen vida eterna!

Tener confianza en la salvación es el resultado de aprender y someterse a la voluntad de Dios. Juan escribió: “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos” (1 Juan 2:3). Por ende, el cristiano puede estar seguro de que es salvo—que “conoce” al Padre—si obedece a Cristo. Jesús dijo a Nicodemo: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Nicodemo le preguntó: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”. Jesús le contestó: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:3-5).

Alguien “nace de nuevo”—“de agua y del Espíritu”—cuando se somete al bautismo en Cristo. Sus pecados son lavados, y él llega a ser una nueva criatura en Cristo (Marcos 16:16; Hechos 2:38; 22:16; 2 Corintios 5:17). Así comienza su viaje de toda una vida desde un “bebé en Cristo” hasta convertirse en un cristiano maduro (1 Pedro 2:2). Ningún cristiano es perfecto. Todavía pecamos, pero Dios perdona nuestros pecados cuando los confesamos y abandonamos (1 Juan 1:8-10). Dios requiere que los cristianos tengan una actitud perdonadora (Mateo 6:12-15). Él es un Padre perdonador para con Sus hijos.

La salvación no depende de los pocos pecados o errores que cometamos, sino depende del hecho que aceptemos la gracia de Dios y seamos obedientes a Cristo. Mientras continuemos sirviendo a Cristo, el Señor continúa perdonándonos. “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:5-7). Si andamos en luz, siguiendo el Evangelio, la sangre de Cristo continúa limpiándonos de nuestros pecados.

Muchos cristianos tienen dudas porque están retrocediendo en vez de madurar. Esto ocurre frecuentemente cuando una persona no da su corazón completo a Cristo. Jesús dijo: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará” (Lucas 9:24). La persona que trata de vivir como un cristiano y no entrega su vida completamente a Cristo, tendrá dudas ya que está caminando parcialmente en luz y parcialmente en tinieblas.