¿Por qué la Biblia No Menciona a los Dinosaurios?

Resumen

No se debe esperar leer la palabra “dinosaurio” en una traducción bíblica que precede a la creación de tal palabra.

Pregunta

“Si Dios realmente creó a los dinosaurios, y si los humanos cohabitaron la Tierra con ellos en el pasado, entonces seguramente leeríamos la palabra ‘dinosaurio’ a lo menos una vez en la Biblia. Si esto es cierto, ¿por qué no encontramos la palabra dinosaurio en la Biblia?”.

Respuesta

Lo cierto es que no se encontrará la palabra “dinosaurio” en la mayoría, o en ninguna traducción bíblica española. Sin embargo, esto no niega el hecho de que una vez los dinosaurios cohabitaron la Tierra con el hombre. Primero, debemos tener en cuenta que la Biblia no es un libro taxonómico. El propósito principal de la Biblia es contarnos acerca de Dios y Su plan de redención, no listar cada animal que Dios creó. La Biblia menciona una variedad de animales (incluyendo serpientes, pollos, caballos, machos cabríos, etc.), pero no a todo animal. El hecho de que las Escrituras no mencionen a un animal específico no significa que enseñen que ese animal nunca existió junto con los humanos. Hay muchos animales que la Biblia no menciona específicamente, incluyendo a los gatos, canguros, elefantes, osos hormigueros, ornitorrincos y pingüinos. Decir que estos animales no cohabitaron la Tierra con el hombre ya que la Biblia no los menciona, sería falso. Declarar que los dinosaurios y los humanos nunca vivieron juntos ya que “la Biblia no menciona” la palabra “dinosaurio”, es igualmente erróneo.

Segundo, se debe admitir que la Biblia fue completada 1,900 años atrás, y que fue traducida oficialmente al español en 1280 (la Biblia Alfonsina), mientras que la palabra “dinosaurio” no fue creada sino hasta 1842—casi 600 años después. Obviamente, no se esperaría encontrar el término castellano “dinosaurio”—que significa “lagarto” o “reptil” (sauros) “terriblemente grande” (deinos)—en una traducción de la Biblia que precede a la creación de tal palabra.

Aunque los traductores de la Biblia en español han escogido omitir el término “dinosaurio” en las traducciones que se realizaron después de 1842, esa exclusión no significa que los escritores de la Biblia se abstuvieron de mencionar a los dinosaurios o a las criaturas semejantes a los dinosaurios. Considere el término hebreo tannin. En Job 7:12, se traduce como “monstruo marino” (RVR, LBLA) o “monstruo del abismo” (NVI). En Génesis 1:21 y Salmos 148:7, donde se usa la forma plural de tannin (tannim) en contextos literales (como Job 7:12), se traduce la palabra como “monstruos y/o animales marinos grandes” (VRV, LBLA, NVI). ¿Quiénes fueron esos “monstruos” del mar? Nadie sabe con seguridad. Es posible que estas sean referencias a reptiles de agua parecidos a los dinosaurios (e.g., el plesiosaurio). También es interesante notar el hecho de que Isaías hizo referencia a la “serpiente que vuela” (30:6). Aunque es imposible conocer la identidad exacta de la “serpiente que vuela”, sabemos que una vez vivieron reptiles voladores con colas largas y cuerpos delgados (e.g., el ranforinco, el dimorfodonte).[1] Además, la Biblia presenta descripciones divinas de dos criaturas inmensas en Job 40-41, behemot y leviatán, parecidas a los dinosaurios.[2]

Finalmente, sea que los dinosaurios fueran mencionados en la Biblia o no, se puede saber que fueron creados juntos con el hombre durante la semana de la Creación (Génesis 1), no millones de años antes. “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay” (Éxodo 20:11, énfasis añadido).

Referencias

[1] Cf. Herodoto (1850), Historiae, trad. Henry Clay (Londres: Henry G. Bohn), pp. 75-76.

[2] Vea Lyons, Eric (2001), “Behemot y Leviatán—Criaturas de Controversia” [“Behemoth and Leviathan—Creatures of Controversy”], Reason & Revelation, enero, 21[1]:1-7.