Mateo 2: La Sabiduría del Oriente

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos” (vs. 1). El término “mago” puede hacer referencia a un sabio, erudito, científico, astrónomo, intérprete, astrólogo o adivinador (cf. Daniel 4:8-9,18). Algunas versiones bíblicas traducen el griego magos como “sabios”. Coffman ha sugerido que esta es una traducción oportuna “ya que los sabios verdaderos de todas las generaciones son aquellos que se inclinan y adoran al Señor Jesucristo” (1983-1999).

Se ha presentado algunos paralelos interesantes entre la manera en que los sabios llegaron a Jesús y la manera en que mucha gente llega al Señor.

  • Los sabios siguieron la luz. Ellos vieron la estrella en el oriente, y supieron que esa era la estrella del gran Rey (vs. 2). La estrella iba delante de ellos guiando su camino, y ellos se regocijaron grandemente cuando la lumbrera finalmente les condujo hasta la presencia del Señor (vss. 9-10). De igual manera, nadie puede llegar al Señor sin seguir Su lumbrera. El salmista dijo: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105). Solamente la luz de la Palabra de Dios puede guiarnos a la Luz del Mundo (Juan 8:12).
  • Los sabios llegaron al lugar equivocado. La luz les guío fuera del oriente, pero no les guió al palacio de Herodes. Ellos pudieron haber pensado que ya que Jesús era un Rey, entonces estaría en el palacio real—el lugar equivocado. Solamente cuando continuaron siguiendo la estrella, pudieron encontrar al Señor. Esto enseña que debe haber perseverancia en la búsqueda de iluminación espiritual a través de la Palabra. La mirada casual en las Escrituras puede hacer que algunos lleguen a la religión equivocada, la iglesia equivocada y el salvador equivocado. Solamente el estudio diligente de la Luz Escritural puede garantizar que se está en el camino correcto (Juan 5:39; Hechos 17:11).
  • Los sabios adoraron al Señor. No simplemente tuvieron curiosidad de ver al Rey, sino se sometieron humildemente a Su señorío y le ofrecieron adoración (vs. 11). Los sabios son aquellos que después de haber encontrado al Señor, deciden ofrecerle una vida de servicio y adoración (cf. Mateo 19:16-30).
  • Los sabios regresaron por otro camino. Ellos tomaron la advertencia del Señor en serio, y no regresaron por el mismo camino (vs. 12). Nadie que llega al Señor debe continuar o regresar a su camino antiguo (2 Pedro 2:20-22). Los que llegan al Señor después de haber salido del camino espacioso, deben tomar el camino angosto para alcanzar la vida eterna (Mateo 7:13-14).

Los sabios buscaron, persistieron, encontraron, adoraron y obedecieron al Señor. Nosotros debemos hacer lo mismo.

Referencia

Coffman, James (1983-1999), Comentario de James Burton Coffman [James Burton Coffman Commentaries], sobre Mateo 2:1, Study Light, http://www.studylight.org/com/bcc/view.cgi?book=mt&chapter=002.