La Lógica y el Plan de Salvación

En su obra clásica, Hermenéutica Bíblica, Milton S. Terry, quien fue una vez profesor en el Instituto Bíblico Garrett, declaró que existe “armonía general” en toda la Escritura. Por ende, “no se debe causar que algún enunciado único o pasaje oscuro de algún libro anule una doctrina que muchos pasajes establecen claramente” (1883, 2:579). Se llama a este procedimiento “la analogía de la fe”.

Otra expresión es “el método sintético” (cf. síntesis—“juntar”). Este es un procedimiento de estudio por el cual se junta la información bíblica relevante sobre el mismo tema, y luego se deduce conclusiones razonables según la armonización del material. Esta es una forma de “lógica inductiva”, lo cual es razonar según puntos independientes pero relacionados para llegar a una conclusión general.

Aunque todos usan este modo de razonamiento en cierto grado (pero muchos pueden no saber cómo identificarlo formalmente), es una tragedia que se ignore este procedimiento de sentido común cuando sea tiempo de aplicarlo a la verdad—especialmente a los componentes del plan divino de la salvación para la humanidad.

Primero, consideremos una cantidad de términos que se usan para describir el estado de la salvación. Aquí hay varios: salvados, perdonados, libertados, lavados, borrados, limpiados, redimidos, revividos, etc.

Ahora, reflexionemos en cuanto a una cantidad de textos bíblicos en que estas expresiones están conectadas con las condiciones preliminares a la recepción de la meta asociada. Debemos recordar que buscamos armonía bíblica entre estos pasajes—no contradicción. Ya que es la Palabra inspirada de Dios, la Biblia es armoniosa. No se debe interpretar el texto de alguna manera que le ponga en contradicción con otro texto que aborda el mismo tema. Ahora, note lo siguiente en cuanto a algunos textos relacionados a la salvación:

  • Creencia + bautismo = salvación (Marcos 16:16)
  • Creencia = vida eterna (Juan 3:16)
  • Arrepentimiento + bautismo= perdón (Hechos 2:38)
  • Recepción de la Palabra + bautismo = salvación (Hechos 2:41,47)
  • Creencia + bautismo = gozo (Hechos 8:37-39; 16:31-34)
  • Arrepentimiento = vida (Hechos 11:18)
  • Bautismo = lavamiento de pecados (Hechos 22:16)
  • Fe = justificación (Romanos 5:1)
  • Resurrección del bautismo = vida nueva (Romanos 6:3-4)
  • Obediencia = justicia (Romanos 6:16)
  • Obediencia = liberación del pecado (Romanos 6:17)
  • Creencia + confesión = salvación (Romanos 10:9-10)
  • Lavamiento + santificación = justificación (1 Corintios 6:11)
  • Bautismo = inclusión en un cuerpo—la iglesia (1 Corintios 12:13; cf. Efesios 5:23)
  • Fe = salvación (Efesios 2:8)
  • Lavamiento en agua + Palabra = limpieza (Efesios 5:26)
  • Lavamiento + renovación = salvación (Tito 3:5)
  • Bautismo = salvación y buena conciencia (1 Pedro 3:21)

Al sintetizar la información de estos textos llegamos a esta conclusión: las condiciones inherentes en el plan de salvación humana son la creencia, el arrepentimiento, la confesión de fe y el bautismo en agua; el resultado de someterse a estas condiciones inspiradas es la salvación, el perdón, la justificación, la vida nueva, la justicia y la inclusión en Cristo o en el cuerpo—Su iglesia.

En vista de la totalidad de información en estos pasajes, ¿por qué alguien seleccionaría un artículo (e.g., “la fe”) y sugeriría que la creencia es la única condición de la salvación; o peor, sugeriría que no hay condiciones para la salvación (como lo hace el calvinismo fundamentalista)?

A diferencia del método sintético de interpretación, hay un procedimiento que se puede describir como el “método aislado”. Este esfuerzo equivocado es muy común entre aquellos que tienen capacidad interpretativita rudimentaria. Siempre que una situación parezca conveniente, ellos citan un texto de lo escondido de su biblioteca teológica mental y le dan cualquier aplicación que desean (e.g., la salvación por “fe solamente”).

Si se argumenta que la salvación es por “fe solamente”, entonces, usando la misma clase de “lógica”, se pudiera “probar” que se obtiene la redención por “arrepentimiento solamente”, sin ninguna convicción real en cuanto a Jesucristo. O se pudiera sugerir que es por “bautismo solamente”, sin necesidad de arrepentimiento o fe (como en el caso de la práctica del bautismo de bebés). Tal método de interpretación es un error serio que guía al caos intelectual.

Referencia

Terry, Milton (1883), Hermenéutica Bíblica [Biblical Hermeneutics] (Nueva York: Phillips & Hunt).