La evolución es autocontradictoria

Resumen

Nadie puede sugerir que la evolución natural es verdadera y al mismo tiempo ser consistente con su creencia naturalista.

El naturalismo es la creencia que sugiere que se puede explicar la existencia del universo solamente a través de alguna clase de proceso evolutivo natural, en vez de un origen sobrenatural. El naturalismo, y por implicación el ateísmo, se autocontradice. Nadie puede proponer el enfoque del naturalismo sin autocontradecirse. ¿Por qué?

  • Si alguien es naturalista, debe creer que el universo es un efecto que no tiene una causa. Sin embargo, la evidencia de la naturaleza indica que todos los efectos materiales deben tener una causa.

  • Si alguien es naturalista, debe creer que las reglas/leyes que gobiernan el universo físico se «autoescribieron». Sin embargo, la evidencia de la naturaleza indica que las leyes no pueden autocrearse.

  • Si alguien es naturalista, debe creer que la materia y la energía pueden autocrearse o existir para siempre. Sin embargo, la evidencia de la naturaleza indica que ni la materia ni la energía puede autocrearse (Primera Ley de la Termodinámica), ni tampoco existir por siempre (Segunda Ley de la Termodinámica).

  • Si alguien es naturalista, debe creer que en un punto (o puntos) en el pasado, la materia inanimada dio origen a la materia animada—que la vida se originó de lo que no tiene vida. Sin embargo, la evidencia de la naturaleza indica que la vida solo se produce de lo que tiene vida.

  • Si alguien es naturalista, debe creer que, con el tiempo, una clase de criatura puede mutarse o dar origen a una clase completamente diferente—que la macroevolución puede ocurrir. Sin embargo, la evidencia de la naturaleza indica que la vida produce según su género, no que produce a otro género.

El naturalista se autocontradice ya que debe creer en fenómenos que no ocurren en la naturaleza. Los efectos sin causa, las leyes sin legisladores, la generación espontánea de la materia y/o energía y la vida, y la evolución más allá de los límites filogénicos no ocurren en la naturaleza. Si alguien decide creer que tales cosas pueden suceder, entonces tal persona ya no es un naturalista; en cambio, está creyendo en fenómenos sobrenaturales. En realidad, el naturalista es un sobrenaturalista disfrazado de naturalista. Al menos podemos estar de acuerdo en una cosa con el naturalista, incluso cuando él no quiera reconocerlo: el origen del universo requiere actividad sobrenatural. «Los cielos cuentan la gloria de Dios» (Salmos 19:1). Escoger no creer en Él no tiene excusa (cf. Romanos 1:20).