La Adoración Es Activa

La palabra “adoración” significa “atribuir mérito u honor” a algo o alguien. La adoración a Dios se remonta al principio (vea Génesis 4). Toda la humanidad adora a algo o alguien, y Dios manda que la humanidad adore y sirva solamente a Él (Mateo 4:10).

El Nuevo Testamento informa que Dios permite que Le “atribuyamos honor” por medio de cinco actos: el canto, la oración, el estudio bíblico (estos se pueden realizar en cualquier momento), la Cena del Señor y la contribución (dos actos que se realizan solamente en el día del Señor—Hechos 20:7; 1 Corintios 16:1-2).

Dios ha diseñado la adoración—todos los aspectos de la adoración—de tal manera que requiere participación activa de los adoradores. Esto es obvio en cuanto a la mayoría de dichos actos, pero puede no ser obvio en cuanto a algunos.

  • El canto es activo. Pablo escribió: “…hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19). Observe que cantamos “hablando entre vosotros”. Esta es la razón principal por la cual los coros y/o solos no son adecuados en la adoración. El canto es activo, no pasivo. Debemos cantar entre nosotros.
  • La oración es activa. Incluso la oración pública es activa ya que es una oración congregacional mientras un hombre guía a la congregación en oración. Otra vez, Pablo escribió: “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho” (1 Corintios 14:15-16). Cuando un varón de la congregación dirige una oración, nuestros corazones se unen al suyo, y nuestras mentes con la de él—por ende, podemos decir “Amén” al final. Su oración llega a ser nuestra oración. Ore activamente cuando el que dirige la oración ora.
  • Obviamente, la Cena del Señor es activa. Mientras distribuía el pan, Jesús dijo a Sus discípulos: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos”  (Mateo 26:26-27). Meditamos en Su sacrificio mientras miramos a nuestro interior, a nuestro exterior, al pasado y al futuro.
  • La ofrenda es activa. “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado” (1 Corintios 16:2). Cada uno de nosotros debe apartar sus primeros frutos para el Señor, y dar generosamente en tal día.
  • El estudio bíblico es activo. Incluso oír al predicador debe ser activo. Como predicadores, debemos motivar a la congregación a buscar los pasajes en la Palabra de Dios y escuchar lo que Dios dice directamente. Los creyentes de Berea escucharon la predicación de Pablo y Silas, y “recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).

La adoración es activa. Participe en cada aspecto de la adoración.