Hágalo de todos modos

Resumen

El cristianismo demanda que hagamos la voluntad de Dios a pesar del costo temporal. En breve, hagámosla de todos modos.

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos (Gálatas 6:9).

Sin importar lo que los escépticos digan, el cristianismo no es un bastón para el débil. Cuanto más profundizamos en las enseñanzas de Jesús, más difícil llega a ser su implementación, especialmente en lo concerniente a aquellos que nos tratan mal. Sin embargo, las obras malas de tales personas no nos exoneran de nuestras responsabilidades ante Cristo. No, el cristianismo demanda que nademos contra la corriente en busca de la voluntad de Dios a pesar del costo temporal. En breve, debemos hacer la voluntad de Dios de todos modos.

En Gálatas 6:1-10, Pablo habló de la necesidad de compartir cargas mutuas, así como compartimos nuestras bendiciones. En el versículo 9, admitió el peligro del desánimo o la frustración mientras se cumple estas instrucciones. No es una sorpresa que algunas veces nos desanimemos debido a la cantidad y la extensión de los mandamientos de Cristo en cuanto a la ayuda de los demás y los retos que presentan aquellos a quienes tratamos de ayudar.

Gálatas 6 presenta tales dificultades. En el versículo 1, el esfuerzo de restaurar a alguien que es sorprendido en pecado puede ser angustioso ya que tal persona puede rechazar la amonestación al punto de irritarse contra nosotros. Además, incluso si tal persona recibe la amonestación amorosa de manera amigable, todavía puede rechazar la restauración, dejándonos con la sensación de que el esfuerzo ha sido en vano. Pero, así como Isaías (6:9-10), Jeremías (7:27), Ezequiel (3:4-11) y otros, debemos cumplir la voluntad de Dios y continuar tratando de persuadir a tales personas. Como Isaías 55:10-11 señala claramente, la palabra de Dios nunca falla en cumplir Sus propósitos. Se la pronuncia para extender la oportunidad al descarriado de regresar a un estado de comunión con Dios. Si él rechaza hacerlo, la palabra todavía logró lo que tuvo el propósito de lograr. Así que nosotros debemos amonestar de todos modos.

Sobrellevar las cargas mutuamente (Gálatas 6:2) también puede ser difícil, especialmente en tales momentos en que sentimos que nuestras propias cargas son muy pesadas. Una realidad interesante, y algo que parece contradictorio, es que el mejor remedio para vencer nuestros propios problemas puede ser ayudar a otros en sus problemas. Tal vez hay muchas razones por las cuales esto funciona, pero yo puedo pensar en dos: Primero, esto cambia por un tiempo el enfoque en nuestros problemas. Segundo, al ayudar a otros en sus problemas, podemos descubrir que hemos exagerado la magnitud de nuestros propios problemas. Otra dificultad en este punto es que parece que algunas personas siempre necesitan ayuda para sobrellevar sus cargas. He visto que algunos cristianos llegan a irritarse con un hermano o hermana debido a esto. Entender que el Señor simplemente nos manda hacer lo bueno siempre que tengamos oportunidad de hacerlo (6:10), nos ayudará a hacer esto de todos modos.

Otros pasajes aparte de Gálatas 6 demandan que sirvamos a otros. Considere las instrucciones de Jesús en Mateo 5:38-48. En este pasaje, Jesús no solamente prohibió la venganza y demandó el autosacrificio, sino también mandó el amor a los enemigos. Pablo reiteró este reto en Romanos 12:17-21, demandando generosidad para los enemigos. ¿Qué acerca del mandamiento a perdonar a otros tan frecuentemente como ellos se arrepientan (Mateo 6:12-15; 18:21-35; Lucas 17:1-3)? ¿Qué acerca del mandamiento a someterse al gobierno, incluso a los gobiernos corruptos (Romanos 13:1-7; 1 Pedro 2:13-17)? ¿Qué acerca del mandamiento a servir fielmente a aquellos que están sobre nosotros en ciertos roles, incluso si ellos son difíciles de soportar (Efesios 6:5-8; Colosenses 3:22-25; 1 Pedro 2:18-23)? A pesar de los retos, debemos hacer la voluntad de Dios de todos modos.

Podríamos continuar listando mandamientos de esta índole de manera interminable, pero lo anterior ilustra el punto. ¿Cómo podemos cumplir los mandamientos del Señor a pesar de los vientos contrarios? La protección de Pablo contra el cansancio en este punto fue entender que cosechamos lo que sembramos (Gálatas 6:7-9; cf. Romanos 2:5-11). Dios prometió y garantizó nuestra recompensa con la resurrección de Cristo (1 Corintios 15:20-28, 50-57). La conclusión del gran capítulo de la resurrección es esta: «Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano» (1 Corintios 15:58). Por tanto, sin importar los retos que enfrentemos en nuestra fidelidad, hagamos la voluntad de Dios de todos modos.