En Dios Confiamos

Aunque el sentimiento había estado presente por algún tiempo, “En Dios Confiamos” no llegó a ser el lema nacional de los Estados Unidos sino hasta 1956. Se ha desarrollado un movimiento en años recientes para remover el lema de nuestros billetes y monedas, pero según una encuesta que Gallup realizó en 2003, el 90% de los encuestados quería conservarlo (La Estrella de Anniston, 2007, 1D).

No estoy a favor de remover el lema, ya que es evidente que Dios ha bendecido grandemente a nuestra nación, y los padres fundadores ciertamente querían afirmar nuestra herencia común de fe en el Dios de la Biblia.

Sin embargo, hay un problema en cuanto al lema. Un lema debería significar algo, pero para muchos en nuestra nación, “En Dios Confiamos” no es cierto. Aparte de los ateos y los diferentes incrédulos, hay demasiados norteamericanos que casi nunca piensan en absoluto en Dios y Su Palabra.

Sin duda, el salmista tenía a Israel en mente cuando dijo: “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí” (Salmos 33:12). Pero a la luz de nuestra historia, ¿no pudiéramos aplicar esto como una meta para nuestra nación? Dios nos ha bendecido grandemente; ¡es tiempo de vivir según esta meta!

Individualmente, también tenemos gran responsabilidad de demostrar nuestra confianza en Dios.

Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5:13-16).

¿Podemos decir verdaderamente “En Dios Confiamos”?

Referencia

La Estrella de Anniston [The Anniston Star] (2007), 6 de octubre.