El Matrimonio Requiere a Tres

El divorcio no solía ser común, y se hablaba poco de esto. Sin embargo, hoy el divorcio ha alcanzado proporciones epidémicas. Según un Censo de la Oficina de los Estados Unidos, la proporción del divorcio al matrimonio es 2 en 1. Aunque los esposos prometen amarse en salud y enfermedad, en prosperidad y pobreza, en las buenas y en las malas, la realidad es que muchas personas solamente están juntas en los tiempos de prosperidad, salud y felicidad. Mucha gente puede recordar que muchos años atrás los padres en los Estados Unidos tenían muchos hijos. Ahora frecuentemente los hijos tienen muchos padres. Tristemente, se ha perdido el concepto de compromiso en nuestro mundo “desechable” y de “gratificación instantánea”. No hay duda que los tentáculos del divorcio se extienden profundamente dentro de muchas familias cristianas. Tales tentáculos han causado muchos problemas en el cuerpo de Cristo. Aunque no hablamos mucho de esto por temor a ofender a alguien, se necesita abordar el temapara detener el problema.

Esto es lo que pienso enseñar a mis hijos en cuanto al divorcio.

Un buen matrimonio es una de las bendiciones más hermosas que tendrán. Es una institución que Dios formó (Génesis 2:22-24). Aunque oramos para que lo experimenten algún día, queremos que se den cuenta que no necesitan casarse o ser padres para servir a Dios fielmente. Consideren por un momento todos los ejemplos bíblicos de personas solteras fieles que no tuvieron hijos (e.g., Pablo, Dorcas).

Aunque lo crean o no, su madre y yo hemos estado orando por las futuras parejas de ustedes (¡e incluso por sus padres!) desde antes que nacieran. Este tema es tan vital que creemos que el tiempo de comenzar a enseñarles la importancia del matrimonio y las relaciones no es cuando lleguen a la adolescencia, sino cuando son niños pequeños. Aparte de su decisión de ser cristianos y su relación con Dios, no hay nada más importante que sus futuros cónyuges. Tales personas especiales les ayudarán o estorbarán en su viaje al cielo. Nuestra oración es que encontrarán una pareja cristiana fuerte que les ayudará en su viaje espiritual. Esperamos que mientras crezcan y maduran, elijan a alguien con quien compartir su vida que tenga valores y prioridades similares a las de ustedes.

Entiendan esto claramente, los buenos matrimonios requieren mucho trabajo. No recibirán un libro que les diga cómo lidiar con todas las cosas juntamente con sus certificados de matrimonio. Por esta razón es muy importante conservar unmatrimonio enfocado en Dios. La relación que ven diariamente entre su mamá y yo no se desarrolló de la noche a la mañana. Hemos estado juntos durante los años buenos y malos. Tuvimos que aprender a comunicarnos efectivamente, arreglar las cosas justamente, ser comprensivos y dejar que nuestras acciones reflejen nuestras palabras. Con cada recuerdo feliz y cada prueba, nuestra relación se ha hecho más profunda. Pero incluso después de estar casados tanto tiempo, todavía debemos invertir tiempo y energía en nuestro matrimonio. Por esta razón tratamos de tener regularmente una “noche de cita” sin ninguno de nuestros hijos—para reconectarnos, reavivar nuestro amor y desarrollar adicionalmente nuestra relación.

Su madre y yo tenemos la regla que el divorcio “no es una opción”. Nos hemos prometido esto muy temprano en el matrimonio, y esto nos ha confortado durante tiempos de pruebas. La Biblia claramente dice que Dios aborrece el divorcio (Malaquías 2:16). Nunca olviden que Dios es Quien les une con su pareja (Mateo 19:6), y Su intención original es que el hombre y la mujer permanezcan juntos hasta la muerte (Marcos 10:2-9). Estudien cuidadosamente Mateo 19:8, donde Jesús explicó que aunque se permitió el divorcio debido a la dureza del corazón, “al principio no fue así”.

¡Conserven su matrimonio intacto y eviten el divorcio! Inviertan tiempo y energía mutuamente. Si sienten que las cosas están yendo mal, hablen con sus padres, su predicador, sus ancianos y sus amigos cristianos fieles. (No confíen sus problemas a un amigo del sexo opuesto, ya que esto solamente empeorará el problema). Busquen una pareja de esposos fieles y felices con los cuales puedan pasar tiempo y adquirir sabiduría. Tomen tiempo para buscar actividades que ustedes y sus parejas disfruten. Lleguen a un punto de acuerdo con sus parejas. Nunca menosprecien a sus parejas. La Biblia es la mejor fuente para aprender la manera en que los hombres deben tratar a sus esposas (Efesios 5:25) y la manera en que las esposas deben tratar a sus esposos (Tito 2:4-5; Efesios 5:22-23). Pero ese es un tema adicional.

En Mateo 19, Jesús presentó el único permiso para el divorcio y las nuevas nupcias: la inmoralidad sexual (vs. 9). No se permite el divorcio y las nuevas nupcias simplemente por diferencias o porque una parte ya no es feliz. Mucha gente ha tratado de manipular este pasaje para encontrar excusas para el divorcio. Algunas personas con muchos estudios incluso han sugerido que han encontrado “iluminación” nueva en cuanto a lo que este pasaje dice. Pero como les hemos enseñando desde la niñez, no se necesita ser un científico para entender los temas principales de la Biblia. Dios puede comunicar eficazmente Su plan para el matrimonio y el divorcio.

Nunca cambien su enfoque en cuanto a los temas bíblicos simplemente porque algo ha llegado a ser un asunto personal. Recuerden, Dios no cambia (Malaquías 3:6)—Él y Su Palabra no cambian. Frecuentemente los que tratan de torcer las enseñanzas de Jesús en cuanto al matrimonio están buscando un beneficio personal. Por ejemplo, tal vez sus hijos, otros familiares o amigos se han divorciado por alguna razón diferente al adulterio, y ellos quieren encontrar una manera en que ellos puedan casarse otra vez. Pero las Escrituras son claras.

Muchos tratan de presentar excusas para el divorcio tales como, “Mi pareja no era bautizado al momento del matrimonio” o “La intención original no fue un matrimonio bíblico permanente”. Tuercen los pasajes como Mateo 19 y 1 Corintios 7:10-13. Recuerden que estos mandamientos se escribieron para los cristianos y no-cristianos, así que el bautismo no legaliza un matrimonio adúltero. Noten lo que 1 Corintios 7:10-11 claramente dice, “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer”. La decisión de casarse es muy importante y no se la debería tomar a la ligera, o debido a la lascivia temporal. Su mamá y yo estamos de acuerdo que en vez de buscar una manera de excusarse y “liberarse”, se debería emplear tiempo en crear, desarrollar y conservar un matrimonio sano que incluye a Dios.

Por esta razón la confianza es muy vital en el matrimonio. Hagan un esfuerzo adicional. Informen a su pareja dónde estarán—no la dejen con las dudas. Pongan una foto de boda en su computadora. Conserven el anillo de matrimonio en sus dedos como un recuerdo constante.

El día que su mamá y yo repetimos el voto nupcial, el hombre que me bautizó leyó un poema que quiero compartir. El poema se titula, “El Matrimonio Todavía Requiere a Tres”. Estoy ansioso de leerlo en las bodas de ustedes en el futuro.

Una vez pensé que el matrimonio
Requería a dos para funcionar.
Pero ahora doy testimonio
Que se requiere al Señor en el altar.

Y ningún matrimonio se destruye
Cuando se permite que el Señor esté dentro;
La desconfianza siempre huye,
Cuando el Señor es su centro.

Pero pocas veces el matrimonio prospera
Y los hogares están completos,
Si el Señor está afuera
Y no nos ayuda en los retos.

Se puede ver claramente
En qué hogar Cristo no está después.
Tal unión es diferente
Ya que el matrimonio todavía requiere a tres.

Con amor, papá.