Aprenda a Decir “No”

¿Cuál es la palabra más difícil de pronunciar en cualquier lenguaje? No es una palabra larga; en cambio, es la pequeña palabra “No”. ¿Cuántos problemas hemos tenido debido a que no hemos podido decir “No” en ciertas circunstancias?

Parece que no podemos decir “No” al pecado. Aparte del pecado, parece que no podemos decir “No” a la gratificación instantánea, lo cual un escritor ha llamado la “pornificación” de los Estados Unidos. Debemos tenerlo, y ¡debemos tenerlo ahora! Hornos microondas, teléfonos celulares, acceso instantáneo al Internet—ahora, ahora, ahora. ¡Lo quiero ahora! Los restaurantes de comida rápida han florecido en la era de la gratificación instantánea en los Estados Unidos.

La mayoría de norteamericanos no puede dilatar la gratificación. La industria de las tarjetas de crédito y los préstamos se han desarrollado debido a este hábito creciente. No podemos esperar; ¡debemos tenerlo ahora!

Pero ceder a la gratificación instantánea es peligroso y puede causar problemas espirituales. Consideremos la manera en que dos hombres lidiaron con la gratificación. Comencemos con el fuerte Sansón.

Sansón cedió a la gratificación instantánea.

Jueces 14 es la primera descripción que tenemos de Sansón una vez que llegó a ser un hombre adulto. Sansón no pudo dejar de ceder a lo inmediato, el aquí y el ahora. No pudo esperar que Dios le proveyera una esposa verdaderamente piadosa, así que buscó una por sí mismo.

Este problema preparó el camino para que Sansón buscara a otra mujer, esta vez a una prostituta en Gaza, una ciudad de los Filisteos. Esto casi causó que Sansón perdiera la vida. Luego Sansón se dirigió al Valle de Sorec, y encontró a una mujer llamada Dalila. Él todavía estaba buscando gratificación instantánea. Todavía no había aprendido a decir “No” a sus deseos y pasiones.

Sansón llegó a ser esclavo de sus debilidades ya que nunca aprendió a decir “No”. Nunca fue un hombre libre; fue esclavo de la gratificación instantánea. Fue una marioneta del diablo ya que no pudo decir “No”.

José dijo “No” a la gratificación instantánea.

Considere a José en Génesis 39. Primero, observamos que José era un joven apuesto (vs. 6). Era atractivo físicamente, y eso podía ser una debilidad potencial para él. El versículo 7 dice que la mujer de Potifar “puso sus ojos en José”.

La mujer de Potifar quiso que José cediera a la satisfacción sexual ilícita. Sin embargo, José fue moralmente más fuerte que Sansón. Él sabía decir “No”. Sabía dilatar la gratificación. Sabía hacer primeramente la voluntad de Dios en su vida, y confiaba en que Dios se encargaría de lo demás.

José no cedió a la gratificación instantánea. Él fue un siervo de Dios por dentro y fuera. Así que dijo “No” a la esposa de Potifar y salió corriendo del lugar. El resultado inmediato fue una acusación falsa y el encarcelamiento de José. Pero finalmente, ya que José dilató la gratificación y permaneció siendo fiel a Dios, fue bendecido grandemente.

CONCLUSIÓN

  • No se apresure a tomar decisiones. Primero, pregúntese: ¿es la incentivación buena o pecaminosa? Si es pecaminosa, obviamente debe decir “No” firmemente, fuertemente y consistentemente.
  • Si la incentivación no es inherentemente mala, entonces pregúntese: ¿qué me costará? ¿Y puedo costear darlo o hacerlo ahora?
  • Si la incentivación no es inherentemente mala, pero no puedo costearla, entonces debo esperar hasta que pueda darlo o hacerlo luego.
  • No necesito sentirme mal en cuanto a esto. Necesito reconocer mis propias limitaciones—sean financieras o de otra naturaleza.