Amor incómodo

Resumen

Dios nos amó cuando no éramos dignos de amor. Este amor impulsa al cristiano a incomodarse para amar y servir a los demás.

En Juan 15:13, Jesús pronunció estas palabras famosas: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos». Cuando llegamos al cristianismo, también llegamos a unirnos en Cristo, y como miembros del mismo cuerpo, llegamos a estar conectados. Este llamado radical al amor nos impulsa a ampliar nuestros límites al determinar servir a otros con humildad y disposición de corazón.

El apóstol Juan escribió estas palabras: «En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos» (1 Juan 3:16). Nuestra sociedad ha dado una definición nueva al amor; lo define como un sentimiento ambiguo, una «química mutua» o un sentimiento de pasión. Por esta razón es muy fácil que la gente se divorcie. Se define el amor como algo descartable, como una servilleta de papel que se puede arrojar después de darle el uso deseado.

Pero Dios define el amor como un compromiso, y fija el estándar en Su Palabra, como cuando expresó Su amor por Israel una y otra vez. ¿Recuerda a Oseas y Gomer (vea el libro de Oseas)? Israel había sido culpable de adulterio espiritual contra Dios, pero Él fue fiel a Su pacto con Israel, y Su amor previno que olvidara a Su pueblo. El amor que Dios demanda del cristiano es un amor «incómodo», y este nos impulsa a actuar a favor de los demás.

El amor incómodo el cual los cristianos estamos llamados a practicar nos impulsa a servir

El sacrificio por los demás es el modo de operación estándar de los cristianos. Esto quiere decir que debemos apagar nuestros teléfonos móviles para atender a nuestras visitas. Significa que debemos dar nuestra atención completa a aquellos con los que hablamos. Significa que debemos estar dispuestos a incomodarnos con el fin de servir a otros.

El amor incómodo también nos impulsa a no aprobar el pecado en otros, sino a reprender con amor cuando necesitamos hacerlo

Considere el relato de Jesús y la mujer sorprendida en adulterio en Juan 8:1-11. Las últimas palabras de Jesús fueron: «vete, y no peques más» (vs. 11). Nuestras vidas deben reflejar el corazón de nuestro Dios santo, lo cual significa que amaremos y reprenderemos con amor (cf. 2 Corintios 2:4).

Finalmente, el amor incómodo nos impulsa a amar también a nuestros enemigos

Dios nos amó cuando no éramos dignos de amor, así que debemos amar a otros incluso cuando ellos no son dignos de nuestro amor (1 Juan 4:19). Vivimos en un tiempo de división política intensa. Aunque los cristianos debemos sostener el estándar de Dios en cuanto a la moralidad, también debemos ser cuidadosos de hacerlo con amor y paciencia ante aquellos a quienes Satanás está engañando. Incluso Jesús restauró la oreja de un soldado que había sido enviado a arrestarlo.

Los cristianos del primer siglo se amaban mutuamente y amaban a sus prójimos, incluyendo a aquellos que eran paganos. A través de ese amor y la enseñanza del Evangelio, ellos conquistaron el Imperio Romano. ¡Nosotros también podemos conquistar el mundo para Dios!