La Cantina vs. la Iglesia

En un pueblo conservador, un hombre comenzó a construir una cantina. Una iglesia local comenzó una campaña para detener su apertura con ruegos y oraciones. La construcción continuó hasta la semana previa a la apertura, cuando un relámpago golpeó la cantina y la quemó completamente. Los miembros de la iglesia se sintieron complacidos hasta que el dueño de la cantina demandó a la iglesia, señalando que ellos eran responsables de la destrucción de su edificio, sea por medios directos o indirectos. En su defensa ante la corte, la iglesia negó firmemente toda responsabilidad por la destrucción del edificio. Mientras el caso progresaba, el juez miró los documentos y observó: “No sé qué decidir acerca de este asunto, pero, por los documentos, parece que tenemos a un dueño de una cantina que cree en el poder de la oración, ¡y a una iglesia completa que no cree en ella!”.

—En “La Cantina vs. la Iglesia” (2007), De Casa a Casa, 12[6]:3.