Ascuas de fuego

La Biblia prohíbe buscar venganza; en cambio, manda «abrumar al enemigo de amabilidad». Pablo escribió: «Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza» (Romanos 12:20, RVR1960).

Pensando que estaba familiarizada con este versículo, un predicador preguntó a una mujer cristiana: «¿Alguna vez ha amontonado ascuas de fuego sobre la cabeza de su enemigo?». Ella respondió: «No, pero he tratado de arrojarle agua hervida».