Tiempo de limpieza: La limpieza de nuestro corazón y mente

Resumen

Al limpiar nuestras casas espirituales, comencemos con las áreas más importantes: nuestro corazón y nuestra mente.

— Lectura bíblica recomendada: Lucas 6:43-45

Introducción

I. El corazón y la mente son las áreas más cruciales de nuestra vida.

II. La razón es que, si no limpiamos nuestro corazón y mente, entonces no podremos limpiar otras áreas de nuestra vida.

Exposición

I. El corazón y la mente.

A. «Corazón» viene del hebreo leb, y hace referencia al corazón, la mente, el interior, la personalidad o al centro de las emociones, la conciencia y el carácter moral.[1] Viene del griego kardia, que hace referencia al centro del sentimiento, el impulso, el afecto, el deseo y el intelecto.[2]

B. «Mente» viene del griego nous, «la mente, que contiene igualmente las facultades de percepción y entendimiento, y aquellas del sentimiento, juicio y determinación».[3] Es «el intelecto, […] en pensamiento, sentimiento o voluntad».[4]

C. Ambos términos también están enlazados al espíritu de la persona (1 Corintios 2:11).

II. El mandamiento a la purificación.

A. Ya que nuestras obras fluyen de nuestro corazón, mente o espíritu (Proverbios 4:23; Mateo 12:34-35; Lucas 6:43-45), nuestras acciones solo serán tan puras como nuestros corazones.

B. Ya que seremos juzgados por nuestras obras que son el reflejo de nuestro corazón, mente o espíritu, es necesario que realicemos este trabajo de purificación (Juan 5:27-29; Romanos 2:5-11; 2 Corintios 5:9-10).

III. El medio de la purificación.

A. Saber cómo realizar la purificación es tan importante como saber que debemos realizarla.

B. Afortunadamente, Dios nos ha dado todo lo necesario para que nosotros realicemos esto de manera eficaz.

1. Debemos renovar nuestra mente por medio de Su conocimiento revelado (Romanos 12:1-2; Efesios 4:17-24; cf. Salmos 51:10; Isaías 53:11; 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:2-4).

2. Esta mente renovada dará como resultado una nueva vida completa (Mateo 3:7-10; Romanos 6:1-7; Efesios 4:20-6:9; Colosenses 3:1-4:6; 1 Pedro 1:22-23).

Conclusión

I. Así como hay un orden adecuado para limpiar nuestras casas físicas, también hay un orden adecuado para limpiar nuestras casas espirituales.

II. Debemos comenzar limpiando nuestro corazón y mente.

III. Solo entonces podremos limpiar exitosamente nuestras obras.

[1] William E. Vine, «Corazón», Vine: Diccionario expositivo de palabras del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento exhaustivo (Colombia: Caribe, 1999), 1:72-73.

[2] «καρδία», Diccionario griego [Greek dictionary], Bill Mounce, https://www.billmounce.com/greek-dictionary/kardia, accedido en marzo, 2024.

[3] Joseph H. Thayer, «3563 νοῦς», Un léxico griego-inglés del Nuevo Testamento [A Greek-English lexicon of the New Testament] (Grand Rapids, MI: Baker, 1977), 429.

[4] James Strong, «3563 νοῦς», La nueva concordancia bíblica exhaustiva de Strong: Diccionario del testamento griego [The New Strong’s exhaustive concordance of the Bible: Dictionary of the Greek testament] (Nashville, TN: Thomas Nelson, 1990), 61.