¿Por qué yo?

Resumen

Nuestras cargas pueden ser demasiado grandes para nosotros solos, pero con la ayuda de Dios, las podemos sobrellevar.

«¿Por qué?» es una pregunta universal (Jueces 6:13). Se encuentra la palabra «por qué» cientos de veces en la Biblia.

  • Jesús preguntó: «¿por qué me has desamparado?» (Mateo 27:46).

  • Job se preguntó por qué había nacido (Job 3:11-12, 16).

  • Gedeón se preguntó por qué sucedían cosas malas (Jueces 6:11-13).

  • Asaf se preguntó por qué los malos prosperaban mientras que los justos sufrían (Salmos 73:1-14).

  • Pablo estuvo perplejo (2 Corintios 4:8).

Cuando llegue el día que le haga preguntar «¿Por qué?», busque una razón, pero no se sorprenda si no encuentra una inmediatamente.

Se enseña que lo primero que las victimas de un accidente deben hacer es examinar la cabeza, el torso y las extremidades para detectar lesiones. Los consejeros de finanzas hacen un análisis de la situación presente de una persona antes de recomendar estrategias de inversión. Esto también se aplica a las lesiones espirituales o a los retos serios de la vida.

Tres fuentes posibles de los problemas

Estas son:

  • La vida en un cuerpo mortal en un mundo caído (Génesis 3:17-19; Mateo 4:23-24; 10:8).

  • La disciplina de Dios (Hebreos 12:7).

  • Las pruebas de Satanás (2 Corintios 12:7-9).

¿Cómo podemos determinar qué fuente estamos enfrentando? En esta vida, vemos las cosas de manera imperfecta (cf. 1 Corintios 13:12), especialmente cuando las lágrimas nos ciegan. Sin embargo, todavía podemos determinar mucho al usar la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17) y el razonamiento que Él nos dio (Génesis 1:26-27; Salmos 8:5).

Tres preguntas obvias que hacer

¿Pudiera esto ser la disciplina de Dios por el pecado en mi vida? ¿Está tratando de ayudarme a enfocarme en las cosas espirituales? ¿Cómo puedo saberlo?

  • Examínese según el punto de vista de Dios (2 Corintios 13:5). Examine sus acciones externas (su ejemplo), sus actitudes internas (su corazón) y su corazón escondido (su relación secreta con Dios): Mateo 5:13-16; Romanos 7:22; 1 Corintios 4:16; 11:1; Romanos 2:16. ¿Hay algún pecado que lo está controlando (Hebreos 12:1-2)?

  • Mida su proximidad con Dios (Lucas 22:54; Santiago 4:7-8; Apocalipsis 3:15-17). Jesús llama a los cristianos a posiciones más altas de santidad (Gálatas 5:19-24; 2 Pedro 1:5-8). Hay grados de vida santa.

  • Hable con Dios sobre esto (Lucas 18:1; Santiago 1:2-5).

¿Pudiera esto ser un problema ordinario que todos enfrentamos? Si determina que no es la disciplina de Dios, entonces considere que puede ser un sufrimiento general. Hasta que lleguemos a la nueva Jerusalén, tendremos sudor, frustración, lágrimas, enfermedad, dolor y muerte (Apocalipsis 21:1-4).

Si contrae gripe, tiene un accidente automovilístico, pierde dinero o se le malogra su refrigeradora, probablemente está experimentando problemas físicos que no tienen significado espiritual. Durante el sufrimiento físico, no se distraiga o desaliente con los afanes de la vida (Mateo 13:22; Lucas 8:14; 21:34).

¿Pudiera esto ser que Dios está permitiendo que Satanás me tiente? El diablo tentó a Job, a Jesús y a Pedro (Job 1:12; Lucas 4:1-13; 22:31).

El oro debe ser probado por medio del fuego. Los diamantes deben ser pesados y cortados. El trigo debe ser limpiado. Los cristianos deben ser puestos a prueba (1 Corintios 3:12-15).

Nosotros hemos sufrido en el pasado, estamos sufriendo ahora o sufriremos en el futuro, pues es «necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios» (Hechos 14:22). Pablo escribió: «a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él» (Filipenses 1:29).

Asegúrese de pasar la prueba: «sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo» (2 Timoteo 2:3). Use a Job como ejemplo (Santiago 5:11). No permita que el sufrimiento socave su celo, destruya su interés en la iglesia o disminuya su temperatura espiritual.

Si pasamos la prueba, saldremos con fe más fuerte, amor más ferviente, gozo más grande, determinación más firme y sabiduría más alta. En otras palabras, creceremos espiritualmente a través del dolor.

Finalmente, no importa si no podemos determinar la causa. Se puede lidiar con todo sufrimiento como si esto fuera permitido por Dios (Hebreos 12:7). Si el sufrimiento es por causa de Dios, entonces acercarnos a Él cumple el propósito del sufrimiento. Si se originó con Satanás, entonces acercarnos a Él frustra al enemigo. Si no es ninguna de las dos cosas, entonces acercarnos a Dios todavía es una bendición para nosotros.

Tres reacciones posibles

Nosotros podemos estar pensando en este tema muy poco (Hebreos 12:5-9, 16). Si Dios está tratando de llamar nuestra atención, pero nosotros no reconocemos esto, o si ignoramos esto, entonces no nos beneficiaremos de esto. Todavía permaneceremos en nuestro pecado, y no estaremos preparados para el Juicio. Sufrimos en vano.

Podemos estar pensando en este tema demasiado (Hebreos 12:5). El asombro y el desánimo han sacudido la fe de grandes siervos de Dios. Esto puede causar que resbalemos, como casi sucedió con Asaf (Salmos 73:1-14). Podemos enfocarnos tanto en el sufrimiento que ignoramos las cosas de mayor importancia. Podemos sentir lástima de nosotros mismos e ignorar a otros que sufren más.

Podemos ser entrenados por medio del sufrimiento (Hebreos 12:11-13). En la Avenida Quinta de Nueva York, hay dos estatuas que cuenta una historia. Una es la imagen de Atlas con el mundo en sus hombros; su rostro muestra el peso de la carga. En un edificio cercano, hay una estatua de Jesús cuando era niño que jugaba con una pelota. Si se observa más de cerca, se puede ver que la pelota es un globo terráqueo. El mismo peso que oprimía a Atlas no era un peso para Jesús.

Nuestras cargas pueden ser demasiado grandes para nosotros, pero cuando las ponemos sobre Dios, Él las puede cargar por nosotros (1 Pedro 5:7).