La obediencia de fe en Romanos

Resumen

El catolicismo y el protestantismo han definido la «fe» en Romanos a su manera, pero el estudio revela su significado.

La doctrina de la justificación por fe ha sido tema de controversia extensa y desacuerdo en la cristiandad por más de 500 años. Muchos han entendido incorrectamente la palabra (pistis) que se traduce comúnmente como «fe» o «creencia». La influencia primaria formativa en cuanto a la interpretación de Romanos durante la Reforma Protestante era el énfasis católico en las obras humanas para la salvación.[1] Así que el denominacionalismo protestante abrazó el significado opuesto—considerando el libro de Romanos como un contraste entre las «obras» (definidas como esfuerzo humano) y la «fe» (definida como la aceptación de Jesús carente de acciones realizadas). El mundo protestante está tan saturado de este enfoque que cualquier objeción es considerada como herejía. En su comentario respetado de 1875 sobre el libro de Romanos, Moses Lard señaló el dogmatismo irracional asociado con este punto de vista:

Desde el siglo XVI, la doctrina extrema de la justificación por fe sola ha cautivado completamente la mente de los comentaristas, tanto que parece que nunca se les ha ocurrido a ellos, como una probabilidad, de que Pablo no hubiera estado escribiendo en apoyo de su agenda. Ellos lo han considerado como alguien que propuso lo mismo, un partidario de su enfoque. El resultado ha sido que en muchos pasajes sus obras son una perversión completa de la verdad, no una exposición de esta.[2]

Romanos realmente contrasta la noción judía predominante de que ellos podían ser salvos debido al hecho de su conexión física a Abraham y la Ley Mosaica solamente (una ley que había sido dada exclusivamente a ellos) con la necesidad única de rendir obediencia a Cristo y al Evangelio. Romanos enfatiza la salvación por fe, no por la carne. No se usa el término «obras» para incluir las acciones humanas que Dios requiere (como el bautismo en agua). El bautismo no es una «obra» en el sentido en que Romanos usa el término. En cambio, el contexto en Romanos indica que las «obras» hacen referencia a aquellas acciones que los judíos declaraban que les hacían aceptables delante de Dios independientemente del cristianismo—las circunstancias relacionadas a los beneficios que les correspondían en vista de su etnia, su conexión física con Abraham.

Además, la esencia de la «fe» en Romanos (y por toda la Biblia) es la confianza que está acompañada del cumplimiento de las instrucciones de Dios—lo que Santiago describió como una fe viva en vez de muerta (Santiago 2:17,26). Dios no considera las acciones que Él requiere y que son precedentes a la concesión de dones físicos o espirituales como obras meritorias por las cuales alguien gana o merece el don que provee. En cambio, Dios considera tales acciones como condiciones.

La salvación es «incondicional» solamente en el sentido de que Dios promulgó los medios por los cuales los seres humanos pueden ser perdonados sin ninguna involucración previa de parte de ellos. De hecho, Dios decidió proveer los medios de expiación del pecado humano antes de que Él incluso creará a los primeros humanos. Jesús vendría (y lo hizo) para ofrecerse a Sí mismo como expiación/propiciación por el pecado sin que los seres humanos hicieran algo para hacer esto una realidad (Romanos 3:25). Esa decisión fue una intención eterna (Efesios 3:11). De hecho, Jesús es el «Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo» (Apocalipsis 13:8). Ningún ser humano puede realizar algún acto de mérito legal por el cual se pueda salvar a sí mismo o expiar su propio pecado. Por otra parte, la salvación es «condicional» en el sentido de que Dios requiere el ejercicio de la voluntad humana en la recepción de la salvación. Tanto la mente y el cuerpo tienen un rol. La fe misma es una acción—una «obra» que el hombre debe realizar para agradar a Dios (Juan 6:29). En este sentido, el Nuevo Testamento declara contundentemente que alguien puede—y debe—salvarse (vea Hechos 2:40; Filipenses 2:12).

El Espíritu Santo estableció la definición de «fe» en el libro de Romanos—al comienzo y también al final. La frase griega que inspiró a Pablo a usar en 1:5 y 16:26 es jupakoein pisteos—«fe obediente» o la obediencia que la fe manifiesta o expresa. En su gramática griega muy respetada, el erudito bautista A. T. Robertson insistió en que se debe entender la frase como un «genitivo subjetivo»[3]—«la obediencia que emana de la fe»[4]—en vez de entenderse como un «genitivo objetivo», con el significado de «obediencia a la fe». De hecho, la frase caracteriza y clarifica el significado de la «fe» según su uso en Romanos.

Varias autoridades en el campo del griego están de acuerdo con este enfoque. En la última edición del léxico griego «BDAG» que Frederick Danker revisó recientemente, después de señalar el significado del genitivo objetivo, el autor declara: «Pero tal vez sea mejor traducirlo de manera más general, con el enfoque de (o promoviendo a) la obediencia que emana de la fe».[5] En Los tiempos expositivos, Geoffrey H. Parke-Taylor del Instituto Wycliffe comentó específicamente sobre la frase griega en Romanos 1:5 y 16:26:

Ciertamente en ambos casos se quiere dar a entender la «obediencia que emana de la fe»; πίστεως es un genitivo de fuente o sujeto… Si se hubiera querido proponer «la fe» (i.e., el conjunto de la doctrina formulada), sin duda se hubiera usado el artículo definido… El énfasis es en la obediencia a Dios que llega como resultado de la fe en Cristo… Cristo no solamente fue el ejemplo de los cristianos gentiles de la obediencia perfecta que emana de la fe perfecta, sino también la fuente del poder por el cual la obediencia a Dios pudiera lograrse en sus propias vidas.[6]

En su Sintaxis breve del griego del Nuevo Testamento, H. P. V. Nunn señala «el genitivo de fuente o sujeto», y da como un ejemplo «la justicia de fe (i.e., que emana de la fe)»[7]—una expresión paralela a «la obediencia de fe». El comentador respetado, J. B. Lightfoot, interpreta la frase con el significado: «para la obediencia que emana de la fe».[8] En su Estudio de palabras del Nuevo Testamento, Marvin Vincent escribe: «La obediencia de fe es la obediencia que caracteriza y procede de la fe».[9]

Aunque los lingüistas del griego están considerablemente en acuerdo sobre el tema, los traductores han tenido problemas con la frase y han causado algo de confusión al traducir la expresión en Romanos 1:5 y Romanos 16:26 de manera diferente, o con relación a la fe objetiva. De manera interesante, la Biblia judía completa traduce la frase como «obediencia cimentada en la confianza».

La fe en el libro de Romanos incluye la obediencia a los actos externos que preceden al arrepentimiento. El lexicógrafo en griego Joseph Thayer explicó el significado de pisteuo («creo»): «Se emplea especialmente para hacer referencia a la fe por la cual el hombre acoge a Jesús, i.e., la convicción, llena de confianza gozosa, de que Jesús es el Mesías—el autor divinamente nombrado de la salvación eterna en el reino de Dios, juntamente con la obediencia a Cristo».[10] No es una sorpresa que Pablo haya usado repetidamente las palabras «obediencia» (1:5; 5:19; 6:16; 16:19,26) y «obedecer» (2:28, dos veces; 6:12; 6:16, dos veces).

En contraste crudo con Pablo, el denominacionalismo moderno insiste en que la fe no incluye ningún acto adicional de obediencia; en cambio, la persona solamente necesita «aceptar a Jesús como Salvador» al decir: «Te recibo en mi corazón como Salvador personal». Por ende, se considera el bautismo en agua como algo sin importancia en la salvación. El Espíritu Santo previó esta conclusión injustificada, no solamente al enfatizar la esencialidad del bautismo en agua en 6:3-4, sino también al colocar dos «señales de advertencias»—uno al comienzo (1:5) y otro al final (16:26) de este tratado maravilloso. Estas señales majestuosas informan a los lectores en cuanto a la naturaleza de la «fe» que caracteriza al libro de Romanos.

[1] Estas actividades incluían los «Aves Marías», las indulgencias, las penitencias asignadas, las ofrendas para construir catedrales, etc.

[2] Lard, Moses (1875), Comentario sobre la carta de Pablo a los romanos [Commentary on Paul’s letter to Romans] (Lexington, KY: Transylvania Printing), p. v.

[3] Robertson, A. T. (1919), Una gramática del Nuevo Testamento griego en vista de la investigación histórica [A grammar of the Greek New Testament in the light of historical research] (Nueva York: George Doran), p. 500.

[4] Robertson, A. T. (1931), Descripciones de palabras del Nuevo Testamento [Word pictures in the New Testament] (Nashville, TN: Broadman), 4:324.

[5] Danker, Fredrick (2000), Un léxico griego-inglés del Nuevo Testamento y otras literaturas cristianas antiguas [A Greek-English lexicon of the New Testament and other early Christian literature] (Chicago, IL: Universidad de Chicago), p. 1028.

[6] Parke-Taylor, Geoffrey (1944), sobre Romanos 1:5 y 16:26, The Expository Times, 55:305-306, énfasis añadido. Él cita Hechos 6:7 y Romanos 10:8 como casos en que el artículo indica «la fe».

[7] Nunn, H. P. V. (1912), Una sintaxis breve del griego del Nuevo Testamento [A short syntax of New Testament Greek] (Cambridge: Cambridge University Press), p. 42.

[8] Lightfoot, J. B. (1895), Notas sobre las epístolas de Pablo de comentarios sin publicar [Notes on epistles of Paul from unpublished commentaries] (Londres: Macmillan), p. 246.

[9] Vincent, Marvin (1946), Estudio de palabras del Nuevo Testamento [Word studies in the New Testament] (Grand Rapids, MI: Eerdmans), 3:5. Vea también W.E. Vine (1966), Un diccionario expositivo de las palabras del Nuevo Testamento [An expository dictionary of New Testament words] (Old Tappan, NJ: Fleming H. Revell), p. 123, quien también considera la frase como un genitivo subjetivo e identifica «fe» como «el acto inicial de obediencia».

[10] Thayer, Joseph (1977), Léxico griego-inglés del Nuevo Testamento [Greek-English lexicon of the New Testament] (Grand Rapids, MI: Baker), p. 511, cursivas en original; énfasis añadido.