4 maneras simples de fortalecer su matrimonio

Resumen

Su matrimonio tiene el potencial de ser una bendición maravillosa, si ambos determinan amar a Dios y amarse mutuamente.

El matrimonio puede ser una de las bendiciones más grandes que alguien pueda experimentar, o puede ser una de las pruebas más difíciles que pueda sufrir. La mayoría de los matrimonios comienza con sentimientos eufóricos de felicidad y dicha, pero muchos terminan con sentimientos de amargura y dolor. Cuando las «campanas de bodas» dejan de escucharse, muchas parejas dejan de amarse, y el gozo del matrimonio se transforma en un trabajo de tolerancia. Muchas parejas dependen erróneamente en sus sentimientos. Cuando los sentimientos se apagan, su amor y matrimonio comienzan a sufrir. Sin embargo, se puede evitar el matrimonio turbulento y desconectado. Su matrimonio tiene el potencial de ser la bendición extraordinaria que Dios quiere que sea. Si determina amar a su cónyuge incondicionalmente, tomando algunos pasos simples e intencionales para fortalecer su relación, su matrimonio puede ser maravilloso, emocionante y satisfactorio por el resto de su vida.

En su libro popular, Los 5 lenguajes del amor, Gary Chapman ilustra el acto de fortalecer su matrimonio como mantener lleno el «tanque de amor» de su cónyuge. Así como no puede conducir un auto por mucho tiempo si nunca pone gasolina en el tanque, su matrimonio no durará mucho si nunca hace inversiones en él. El matrimonio que es bueno y saludable requiere que ambos hagan contribuciones continuas al tanque de amor del cónyuge. En vez de permitir que el trabajo, la recreación, la educación y muchas otras cosas releguen el matrimonio a un lugar secundario, tome tiempo para la inversión matrimonial. Usted será bendecido más y más con cada contribución que haga al bienestar general de su matrimonio. Aunque la siguiente lista no es completa, presenta algunas maneras simples en que puede fortalecer su matrimonio.

1. Considere su cuarto como un lugar especial

El tiempo de calidad mutuo es un ingrediente principal para un matrimonio feliz y saludable. Desafortunadamente, muchas parejas pasan poco tiempo juntos cuando sus hijos no están con ellos. Este tiempo a solas es interrumpido incluso más si los hijos duermen en su cuarto—o peor, ¡en su cama con usted y su cónyuge! Por otra parte, establecer una hora para que los niños vayan a dormir, insistiendo en que lo hagan en su propia cama, permite el tiempo de descanso con el cónyuge en la noche. Este es un tiempo maravilloso para hablar, reconectarse, estudiar y orar juntos, y disfrutar tiempo especial mutuo. Adicionalmente, esta práctica crea un límite firme que hace de su cuarto un santuario solamente para usted y su cónyuge. Ambos necesitan tiempo de calidad sin niños. Además, sus hijos también se beneficiarán de este horario y hábitos.

2. Haga de la intimidad sexual una prioridad

Un buen matrimonio está fundado más que en el sexo, pero no se puede negar que la intimidad sexual sea un ingrediente fundamental para el matrimonio feliz. Cuando Dios diseñó el matrimonio, quiso que el esposo y su esposa fueran «una sola carne» (cf. Génesis 2:21-24; Mateo 19:4-6), lo cual involucra el acto de la intimidad sexual. Según Hebreos 13:4, la intimidad sexual es algo que Dios ha reservado específicamente para el matrimonio, y tiene el propósito de que tanto el esposo y la esposa lo disfruten (Proverbios 5:15-19). De hecho, Pablo incluso hizo referencia a la intimidad sexual como un «derecho» del matrimonio en 1 Corintios 7:1-9. Por tanto, el esposo debe colmar a su esposa del afecto romántico que necesita, y la esposa también debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposo. El matrimonio carente de intimidad sexual está en riesgo, así que es importante hacer de esto una prioridad en el matrimonio. Hable ocasionalmente con su cónyuge en cuanto a sus necesidades y deseos sexuales. Tengan tiempos específicos en la semana para la intimidad sexual y cumplan tal horario sin importar cuán agitada sea la semana. De tiempo en tiempo, abrume a su cónyuge con un gesto romántico inesperado o una noche planificada. La pasión en la relación dará como resultado satisfacción emocional y un matrimonio más fuerte.

3. Dé a su cónyuge el regalo de su presencia

Vivimos en una sociedad ocupada, y es fácil llegar a enredarse en las cosas de la vida a tal punto de que no haya tiempo para el cónyuge. Con el trabajo, la recreación, el entretenimiento y la educación, hay mucho que demanda su atención, y frecuentemente no hay tiempo extra. ¡Pero su cónyuge todavía lo necesita! Como se señaló previamente, los esposos llegan a ser «una sola carne» (Génesis 2:21-24; Mateo 19:4-6) cuando se unen en matrimonio. Cuanto más los esposos hacen cosas juntos, más fuerte llega a ser el matrimonio. Apague el televisor. Ponga a un lado los teléfonos celulares. Guarde los palos de golf por algún tiempo. Caminen juntos. Saquen los juegos de mesa y jueguen juntos. Cocinen juntos una noche. Siéntense en el sofá y tomen una taza de café juntos. Quédense hasta tarde viendo una película. Busquen alguien que cuide a los niños y salgan a un restaurante. Lean juntos. Estudien juntos. ¡Consideren el tiempo de calidad como una prioridad!

4. Abrume a su cónyuge de halagos

¡Las palabras son importantes! Salomón dijo: «Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene» (Proverbios 25:11). Así como la buena nutrición ayuda a prevenir las visitas al doctor, los halagos ayudan a evitar al consejero matrimonial. Las palabras pueden impactarnos positiva o negativamente—¡incluso en el matrimonio! ¿Sabe su conyugue cuánto lo ama y aprecia? ¿Lo elogia por sus fortalezas, o solamente lo critica por sus debilidades? Si quiere fortalecer su matrimonio, esfuércese por abrumar a su cónyuge de halagos genuinos en toda oportunidad que tenga. Comprométase a halagarlo al menos una vez al día. De vez en cuando, escriba a su cónyuge una nota para que la lea durante el día. Envíele un texto de ánimo cuando esté en el trabajo. Además de elogiarlo en privado, ¡elógielo públicamente en frente de sus padres, amigos e hijos!

Sea que esté casado por 30 minutos, 30 días o 30 años, es importante asegurarse de que esté desarrollando activamente un matrimonio fuerte y feliz. Nunca debe dejar de desarrollar su matrimonio y esperar que sobreviva con las migajas emocionales. Continúe llenando el tanque de amor de su cónyuge. Continúe haciendo inversiones grandes en su matrimonio. Nunca deje de citar a su cónyuge. Determinen animarse mutuamente. El matrimonio requiere trabajo y sacrificio constante para ser la bendición que Dios quiere que sea. Su matrimonio tiene el potencial de ser una bendición maravillosa para usted ahora y por la eternidad si ambos toman la decisión de amor a Dios supremamente, amar al otro incondicionalmente, y fortalecerse continuamente. ¡Dios, ayúdanos a desarrollar matrimonios fuertes, y ayúdanos a ser un hogar cristiano!